NICOLAES BRUYNINGH, DE REMBRANDT

 

“Estos ojos que pertenecen a Nicolaes Bruyningh han cumplido ya los 23 años y siguen con un punto de conmiseración y de leve desprecio los pasos que está usted dando como espectador recorriendo esta sala. Ha entrado usted por la puerta lateral, avanza, y no se ha fijado en estos ojos que le miran con una cierta insolencia porque este hombre de la pintura se sabe ya rico, y sabe que eso es para toda la vida, no como Rembrandt, tan acuciado de deudas a sus 48 años, ni tampoco como usted, que ha venido hasta el museo calibrando bien y ajustando todos sus ahorros. A este Nicolaes Bruyningh que ahora le sigue mirando desde la altura del cuadro le han cuidado y ordenado esta mañana, antes de que usted llegara, los bucles de esa melena ensortijada que le cubre los ojos y también, antes de que usted entrara al museo, le han cubierto con los ropajes negros del Barroco para que usted lo viera bien vestido, pero sobre todo, le han entregado en innumerables sacas  repletas de florines la herencia de su abuelo, y por eso está tan relajado y contento esta mañana,, tan displicente, porque tiene ya una fortuna vitalicia para no hacer nada, sólo para posar, si es que él quiere posar alguna vez, porque también eso puede no apetecerle, o si no para ir cumpliendo tranquilamente los años y celebrarlos sin preocupación alguna. Está observando cómo está usted paseando por la sala y le mira como si hubiera bebido algún licor escondido, y es que ha bebido el licor de la fortuna que le lleva a mirar todo de soslayo, en postura relajada, apoyado en el lateral derecho de una silla y con una contenida burla en las pupilas, “

José Julio Perlado

( del libro  “La mirada”) ( relato inédito)

 

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(Imagen :- Rembrandt = Retrato de Nicolaeus Bruyningh- 1652- —Kassel, Staatliche Kunstsammlungen, Gemaldegalerie)