“Estamos aprendiendo a convencernos – denunciaba el dramaturgo norteamericano David Mamet – de que no necesitamos sabiduría, comunidad, provocación, sugestión, escarmientos, ilustración…, que nos basta con tener información, lo que puede aplicarse a todo el mundo, como si la vida fuera un modelo para armar y nosotros, como consumidores, solo precisásemos las instrucciones de montaje.
Los medios de comunicación de masas corrompen la necesidad que tiene el ser humano de cultura ( una mezcla de arte, religión, desfiles, teatro…: una celebración de la vida que compartimos) para convertirla en puro entretenimiento, de tal manera que marginan todo lo que carece de un atractivo inmediato para las masas por estar “podrido de cultura” o poseer una “atraccción limitada”… La gran autopista de la información promete a todas luces diversidad, pero no hace sino eliminar, marginar y trivializar todo lo que no atrae a las masas de modo instantáneo.”
(Imagen- Arman- 1969– artnet)