“El día que me ponga triste,
de pronto buscaré mi agenda,
y sin un grito ni un suspiro
a algún amigo llamaré.
¡Oh vuestras voces, mis amigos!
Oh gracias, gracias por haber
estado en casa aquellas tardes
de una completa oscuridad,
y porque siempre bajo el yugo
de vuestra angustia y vuestro amor
os olvidabais de vosotros
y me decíais: todo bien.
Y en las palabras cotidianas
se percibía tal bondad,
como si Dios a vuestra espalda
os ayudara a contestar.”
Alexandr Kushner ( traducción de Xenia Dyakonova)
(Imagen –Dora Maar)