«La A es la primera letra que el hombre pronuncia en naciendo, salvo que el varón como tiene más fuerza dice A y la hembra E; en que parece entrar en el mundo lamentándose de sus primeros padres Adán y Eva«, dice Sebastián de Covarrubias. RAMÓN, a su vez, definiendo a esta vocal con su greguería señaló que «la A es la tienda de campaña del alfabeto«. La imaginación siempre ha rondado a las letras, las ha rodeado y las ha iluminado.
La S para Virginia Woolf simbolizaba la serpiente del paraíso terrenal del poeta y de algún modo parecido Gómez de la Serna decía que «la S es el anzuelo del abecedario» mientras para él «el cisne es la S capitular del poema del estanque«. Valle Inclán, al preguntarle por qué se embarcaba para México, respondió que «porque México se escribe con x«. Y precisamente esa letra fue la que atrajo más a las bandadas de greguerías que en el aire iba soltando Ramón: «tomó por la cintura a la señorita X» escribió, por elegir una de ellas. La mirada de sus greguerías se extendía sobre el campo de las letras y por eso «la ñ dice adiós con su pañuelo a los niños y a los ñoños» y «la ï con diéresis es como la letra malabarista del abecedario«.
La i y la u ya habían captado la atención de Lope:
Es el ti diminutivo
del tú, y es hijo del mí,
porque le regala así
con el acento más vivo.
El tú es bajo, y tiple el mí.
La i volvía a ser motivo de greguería en Ramón: «la i es el dedo meñique del alfabeto» y protestaba diciendo: «no se por qué la I mayúscula ha de quedarse sin su punto«. La forma de las letras siempre fascinó a los comentaristas y algún estudioso vio de lejos en la m las ondas del agua y de cerca, en la h, un hombre en oración. En la t se ha visto una cruz, pero también el martillo del abecedario; naturalmente, Ramón añadía que » la T está pidiendo hilos de telégrafo«. Gregorio Salvador y Juan Ramón Lodares en «Historia de las letras» (Espasa) recuerdan que es imposible saber a quién se le ocurrió convertir la cabeza de un buey en una A, y repasan algunos inventores de letras, como a Espurio Carvilio inventor de la g. Pero las letras, cuando las contemplamos en el teclado o en esta exposición madrileña sobre la Imprenta Real y las fuentes de la tipografía española nos siguen abriendo su misterio, nos siguen suscitando muchas interpretaciones.
Si» la L -decía Ramón – parece largar un puntapié a la letra que lleva al lado» y» la F es el grifo del abecedario«, » la h – decía también – es una letra tan transparente y muda, que no es raro que a veces no nos demos cuenta de que no está en la palabra en que debiera estar«, puesto que «el alfabeto – añadía – es un nido de pájaros del que proceden bandadas y bandadas de palabras«.
Para acabar diciendo: «el lápiz solo escribe sombras de palabras«. Y echar el cerrojo al abecedario con la llave de la greguería.
(Imágenes:. «Imprenta Real: fuentes de la tipografía española».- Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, exposición hasta el 24 de enero de 2010.–1.-punzones y matrices para la Real Biblioteca.-Imprenta Joaquín Ibarra 1787.-Biblioteca Nacional de España/ 2.-matrices/ 3.-tipo de José María Ribagorda basada en los tipos de Jerónimo Gil que se utilizaron para la edición de El Quijote.)
Las maravillas que se pueden hacer con las letras…