También las vocales, para cuantos escribimos, se acercan en estas fechas al Portal:
«Aquí llegan, Niño,
las cinco vocales,
sencillas y claras
como unos pañales.
De tanto mirarte,
de tanto admirar,
con la boca abierta,
se queda la “a”.
Para que le vuelvas
tus ojos, la “e”
desde su ventana
te tira un clavel.
Porque quiere siempre
mirar hacia Ti,
su punto redondo
te entrega la “i”.
Nunca como ahora
le dolió a la “o”
que su forma sea
para decir no.
De rodillas pide
llenar de tu luz
su pequeño cuenco
vacío la “u”.
Escucha, Cordero,
las cinco vocales:
te ofrecen los niños
su voz en pañales».
José Javier Aleixandre.
Villancicos de todos los siglos se llegan a cantar ante el Portal. Como recordé en un artículo, desde un íntimo amigo de Lope, el sacerdote José de Valdivielso, entre 1560 y 1638, hasta los recogidos por Manuel Alvar en «Villancicos dieciochescos«, hasta también los de Juan Ramón Jiménez, Alberti, Luis Rosales, Gerardo Diego o José Hierro, y tantos otros.
En una ocasión, por ejemplo, llega un pescador con su nave y para divertir al Niño “cantarle quiero/ la tonadilla/ del marinero”:
» Iza, amaina, al remo,
las velas a la playa.
Las ondas suben,
las ondas bajan,
pero mi nave
siempre está en calma.
La tonadilla
aquí se quede
arrimando mi nave
junto al pesebre».
(Imagen:- «Adoración de los Magos»- Leonardo da Vinci.-wikipedia.org)