Cuando contemplo cómo las llamas parece que felizmente dejan de acosar a la belleza recuerdo aquellas palabras de Giorgos Seferis: » En el Partenón – cuantos prefieren ver la Acrópolis a la luz de la luna no sé si podrán seguirme – tenemos exactamente dos causas distintas de sensaciones, que coexisten en el mismo objeto. Una histórica, arqueológica, cíclica digamos, me hace soñar en un viaje al pasado, filosofar sobre la vanidad de los actos humanos, rebelarme contra las bombas de Murozzini, quedarme extasiado ante la belleza de la vida de los antiguos griegos; la otra, estética, es otro supuesto muy distinto; es una presencia súbita, fuerte y exclusiva, un manto de mármol que me cubre por entero, una voz que no comprendo, pero siento, no obstante, la necesidad de hablar como ella, para entenderla». («Diálogo sobre la poesía y otros ensayos») (Júcar)
El fuego y el mal nunca atacan solamente a la arqueología o a la Historia sino también a las sensaciones que ni siquiera los poetas saben describir.
(Imágenes:- 1.-foto de Milos Bicanski/Getty Images.-The New York Times/ 2.-foto de Yiorgos Karahalis/ Reuters.-The New York Times)