
Este es el poeta que ha escrito la epopeya de Zhivago. Escribe en el despacho de los silencios graves. Fuera, en el jardín, el escritor pasea. Grandes temporadas se enfunda en un gabán oscuro, de fieltro, y cubre su cabeza con una amplia gorra de visera. Pasea hasta la valla de madera que separa su Datcha de todo Peredelkino. Cuando llegan las nieves (como en la película que todos hemos visto), la casa es un minúsculo refugio blanco entre los árboles. Allí escribe: «Pasarán estos años. Años ricos en sucesos. Yo no estaré más sobre la tierra. Nadie podrá volver sobre el pasado, sobre el tiempo de nuestros padres, de nuestros antepasados. No será ni necesario ni deseable. Después de un largo eclipse, brillará, por fin, una nueva claridad, todo lo que es noble, todo lo que es fecundo, todo lo que es grande. ¡ Oh, qué prodigiosas creaciones enriquecerán este periodo! Vuestra estancia será la más fecunda que se puede concebir«. Luego termina rogando antes de apagar su luz : «Entonces, acordaros de mí».
Pasa un trineo. Se desliza veloz sobre la nieve. En los cristales el hielo se ha endurecido y la cabaña es sólo poesía. Los versos de Zhivago vienen y van en los ojos de Lara.