TIENDAS ESCOGIDAS (2)

Pero esos cuadernos de París quizá no nos sirvan y tan sólo nos inspiren. Entonces será necesario encargarlos – como hace Tabucchi desde Italia – a una papelería portuguesa que está cerca del Tajo, ya casi en el puerto. El papel alargado y punteado de esos cuadernitos de Lisboa no recogen la letra de Pessoa ni tampoco la de sus heterónimos sino que permanece intacto y límpido esperando nuestra escritura y los impulsos de nuestra invención. Yo siempre he creado en esos cuadernos y la creación ha fluido como el agua del río portugués, me he sentado al final de las curvas que con su imaginación da el tranvía y he descrito y escrito cuanto veía y sentía sin darme cuenta del paso de las horas, escuchando sólo las pisadas de Pessoa bajando por aquel viejo barrio con la cabeza ardiendo de poemas.

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