
¡Corazón, corazón mío, por irresistibles penas agitado!
¡Arriba! ¡Frente a los enemigos, saca tu pecho y defiéndete
y en las insidias de tus contrarios, firme cerca de ellos, aguanta en pie!
No te jactes ante todos si eres vencedor
ni vencido, te lamentes en casa postrado.
Con tus alegrías regocíjate y con las desgracias aflígete
sin desmesura: ve comprendiendo qué clase de cadencia al hombre rige!
Arquíloco de Paros ( 712- 665 a de Cristo)
(Imagen- Odilón Redón)