
El arte digno de este nombre no proporciona lo visible— decía Paul Klee— , sino que abre los ojos. En su esencia, el dibujo induce fácilmente y legítimamente a lo abstracto. Entonces se revela el carácter fantástico, mítico, el que disciernen los ojos de la imaginación, y se manifiesta con gran precisión. Cuanto más afina el artista en su trabajo, es decir, cuanto más se apoya en los elementos de la forma que sostienen la empresa gráfica, más se apercibe de que disminuyen los materiales apropiados a la representación naturalista de las cosas aparentes.

(Imágenes—Paul Klee- wikipedia)