
“El 29 de diciembre de 1899, un mediodía de viernes — cuenta el historiador y biógrafo Reiner Stach en ” Los años decisivos” —-, un jornalero en paro entró en el Instituto de Seguros de Accidentes de Trabajo de Praga a solicitar apoyo económico. Después de un breve examen de su caso, fue rechazado. El peticionario empezó a insultar a voz en cuello a los funcionarios, tiró algunas sillas por la estancia y, cuando debido al ruido inusual entraron corriendo los celadores, sacó una navaja del bolsillo. Hubo que llamar a un policía, y sólo entonces fue posible, uniendo fuerzas, arrebatar el arma al hombre, presa del frenesí. Fue entregado al departamento de seguridad de la dirección de policía, donde se tomaron sus datos personales. El hombre se llamaba Joseph Kafka y procedía del pueblo de Rotof, en la Bohemia central. Como aún no existían normas reguladoras para la prensa, la historia llegó a los periódicos con plena mención del nombre. Hoy, ese hombre se habría llamado ’ Joseph K. ”: un héroe de la sección de Local.

Josef K. : la abreviatura — sigue diciendo Stach —, apareció por vez primera el 29 de julio de 1914, sólo un día después de que Kafka decidiera ” salvarse” acudiendo al trabajo literario (…) En torno al 10 de agosto se le ocurrió a Kafka la idea decisiva. Hizo, como solía, una breve raya horizontal en uno de los cuadernos de sus Diarios para marcar el inicio de un nuevo comienzo y escribió entonces una extraña frase: “ Alguien debía de haber calumniado a Josef K., porque, sin haber hecho nada malo, fue apresado una mañana.”

(Imágenes— 1- estatua de Kafka en Praga por Jaroslav Rona- wikipedia//2–Kafka— elmundo es/ 3- “El proceso” de Orson Welles)