Han nombrado embajador a un poeta —escribe Úrsula K. Le Guin —. Una dramaturga ha sido elegido presidenta. Los obreros hacen cola al lado de ejecutivos para comprar una nueva novela. Los adultos buscan guías morales y desafíos intelectuales en historias sobre monos guerreros, cíclopes y caballeros locos que luchan contra molinos. La alfabetización se considera el principio, no un fin.
(…) Bueno, puede que en otros países, pero no en este. En Estados Unidos, se considera que la imaginación puede ser útil cuando la tele se ha estropeado. La poesía y el teatro no tienen relación con la política fáctica. Las novelas son para estudiantes, amas de casa y gente que no trabaja. La fantasía es para niños y pueblos primitivos. La alfabetización te sirve para leer un manual de instrucciones. Creo que la imaginación es la herramienta más poderosa de la humanidad. Es mejor que el pulgar oponible. Me puedo imaginar una vida sin pulgares, pero no sin mi imaginación.”
(Imágenes —1-Beata Bieniak/ 2 – Michelle Durazzi)