«Dijo un petirrojo: La primavera nunca llegará,
más nidos no he de construir.
Dijo un rosal: Tanta helada me destruirá,
mi savia no me ha de volver a nutrir.
La Media Luna dijo: La noche es algo tan largo, lento,
que no quiero crecer ni menguar.
El Océano dijo: Hace mucho que estoy sediento
pues los ríos de la tierra son un erial.
Pero vino la primavera y construyó el petirrojo,
y en su garganta vibró un canto de amor.
Se marchó la escarcha, y el color rojo
vistió la savia de tallo, hoja y flor.
Brilló La Luna. El Océano el sol bebió,
y si su azul rizó, su sed nunca apagó».
Christina Rossetti: «Un soneto invernal«.
(Imágenes: 1 – Boyko Kolev.-2007/ 2.-Boyko Kolev.-2009)