«Te he visto tan oceánica,
tan verde de transparencia
que me tienes en el borde,
sostenido de alas trémulas,
pensando en el alto salto
que me arroje, hecho una flecha,
a romper cristales vírgenes,
de bruces por tu conciencia.
Si yo tuviera las branquias
del buen pescador de perlas,
para bucear sin miedo
del reloj que arriba cuenta;
si yo supiera hasta dónde
se hunde tu verde cisterna,
si allá abajo hay una playa,
almohada de fina arena,
y unas lágrimas que aprenden
metamorfosis de perlas.
Si yo en vez de bronquios, branquias,
y en lugar de alas, aletas,
para respirar el aire
que en tus aguas se aposenta;
tus burbujas en mi pecho,
tu luz por mi piel dispersa,
y en mi alma tierna de pez
la forma de tu conciencia.
Pasando en el alto salto
me tienes, las alas trémulas.
Gerardo Diego: «El salto», en «La sorpresa» (1943)
(Imágenes: Yelena Isinbayeva, record mundial.-foto AFP-elmundo.es/ Anna Dogonadze.-foto Phill Walter.-Getty Images.-The New York Times)
