
“Los más grandes objetos de la naturaleza son, según creo, los más gratos a la vista, y después de la amplia bóveda celeste y de las ilimitadas regiones pobladas por las estrellas, no hay nada que yo contemple con tanto placer como el vasto mar y las montañas. Hay algo augusto y majestuoso en su aspecto, algo que inspira a la mente grandes pensamientos y pasiones. En semejantes circunstancias el pensamiento se eleva a Dios y a su grandeza, y todo lo que tiene aunque solo sea la sombra o la apariencia de infinito, como lo tiene toda la cosa que excede la comprensión, llena y arrolla con su exceso la mente proyectándola a una especie de agradable estupor y admiración.”
Thomas Burnet – (1681)
