
“Las memorias vienen a resultar todo lo contrario de la autobiografía. En la autobiografía todo se reduce a uno; en las memorias, la autobiografía no es solamente de uno, ni siquiera de uno y todo lo demás, sino de uno en todo lo demás— dice Corpus Barga—. La vida de una persona como la de un pueblo ( la Historia), no está constituida por los grandes acontecimientos o las grandes personalidades que intervienen en ella. No existe en función de fechas y de nombres; es el acontecer cotidiano y anónimo, si puede decirse. La vida se teje en todos los instantes. Las memorias deben descubrir este tejido, en vez de limitarse a recordar los hechos y las personas que son considerados importantes o curiosos a posteriori. Las memorias no deben ser un montón de retazos, por lujosos que éstos sean, sino una telaraña inconsutil”.
