
“Noche. Chasquidos. Infinitas roturas. Viento apenas levantado. El follaje se mueve. Hojas. Chasquidos. Insectos rumorosos. — escribe el argentino Noé Jitrik —. Calor. En el horizonte una bruma. Ligera. La noche ya cayó. No el silencio: jamás. En el horizonte amenaza una bruma, no se ve la bruma. Los ruidos son metálicos, machetes que se afilan, lijas sobre madera, cintas de freno. Son los insectos, tal vez animales, mayores, que se arrastran y tratan de llegar a alguna parte. Ruidos tenues, tal vez son hojas de árboles, ramitas que no aguantan más y caen. Un golpe, un coco, a lo mejor, que cayó y hace retumbar la arena. La bruma viene del mar, no es una música: la música está en la cabeza. Fiebre. Una vaga imitación (deformada) de un bolero que habla de una huida, de una huida, huuuuidha.”
(Imagen – Ansel Adams- invierno en el valle -1934)