ELOGIO DE LA SOBREMESA


“Una sobremesa un poco animada es algo que seduce y atrae. Un comedor de una casa particular, lujoso; ocho o diez convidados — escribe  Baroja en “Juventud, Egolatría” —, tres o cuatro mujeres bonitas, alguna de ellas extranjera, otros tantos hombres que ninguno sea aristócrata — porque los aristócratas son muy poco amenos en general — ni sea tampoco artista — porque son de la misma casta de los aristócratas —;  tener de vecino a algún banquero o algún judío de perfil aguileño, y hablar de la vida, de la política, estar un poco galante con las señoras, dejar que cada uno tenga un momento de lucimiento, es, sin duda alguna, cosa muy agradable”.

(Imágenes—1- Antonio Sicurezza- 1972/2- Felix Valloton)