IMPERTURBABLE ANTE LOS ATAQUES

 

 

“Para aquel que es centro de ataques como usted lo es — le decía  Ibsen a un amigo en una de sus cartas —,  para aquel que es atacado por mentiras, calumnias, etc, yo le doy un consejo que sé que es bueno, por experiencia propia. Eleve el alma. Esta es la única arma que se puede usar en este caso. Mire hacia adelante. No permita que piensen que sus ataques le han afectado. En una palabra, haga como si ignorase su existencia. ¿Cree que estos ataques son vivos, tienen fuerza de vida? Hace años, cuando yo leía un violento artículo contra mí, me decía: “Ya soy un hombre acabado, jamás me recuperaré.” Pero sí, me recuperaba. Nadie se acuerda ya de lo que entonces se escribió. Yo mismo, después de tanto tiempo, lo he olvidado. Por tanto no caiga usted en la vulgaridad de intentar defenderse. Siga su trabajo.  Comience una nueva serie de conferencias, tenga calma, mantenga una sangre fría irritante, y un desdén alegre.”

(Imagen —Felix de Boeck)