“No se puede imaginar usted — le escribía Tolstoi a un amigo — cómo me cuesta este trabajo preparatorio de labor preliminar sobre el campo que me veré forzado a sembrar hacia fines de 1864. Reflexionar, pensar en todo lo que podía acontecer a esos futuros héroes de una obra tan vasta y combinar los millones de proyectos de todo orden para escoger un millonésimo, es terriblemente difícil.” Todo el invierno de 1863-1864 lo consagró Tolstoi a familiarizarse con la época que quería resucitar en su obra. Su suegro le enviaba de Moscú documentos de primera mano. Ėl mismo compraba sin discriminación todas las obras referentes a las guerras napoleónicas. Tras un paréntesis forzado por una caída montando a caballo cuando iba cazando liebres y durante la convalecencia , como no podía escribir, su cuñada Tania le servía de secretaria. Ha contado en sus ‘Recuerdos’ cómo le dictaba durante horas, presa de una especie de fiebre hasta que , compadeciéndose de su fatiga, le decía bruscamente : “¡ Basta por hoy, vete a patinar! “.
Volvió a retomar su trabajo. Aprovechaba sus visitas a Moscú para continuar la caza de documentos Rebuscaba en las librerías, tomaba prestados libros a profesores amigos, visitaba la biblioteca Rumiantzev, se hacía comunicar, por favor especial, piezas importantes de los Archivos de Palacio, interrogaba a los viejos sobre sus recuerdos del año 1812. La abundancia de materiales lo exaltaba y lo atemorizaba a la vez. Temía perderse en los detalles. En todo momento debía realizar un esfuerzo mental para olvidarse de los datos históricos y volver a sus personajes. “ Ni Napoleón, ni Alejandro serán los héroes de mi novela — decía—. Escribiré la historia de gentes que viven en las mejores condiciones, libres de las preocupaciones de la pobreza o de la estrechez, gentes libres, gentes que no tienen ninguno de los defectos necesarios para dejar trazas en los anales”.
(Imágenes— 1– Tolstoi descansando – Ilya Repin- galería estatal – Wikipedia/ 2- Tolstoi en Yasnaia Poliana- 1910- wikipedia)