“Zenobia desarrollaba nuevas actividades y colaboraba sin parar en lo que Juan Ramón llamaba ya la edición de su Obra. Cuartilla por cuartilla, pasaban por las manos de su mujer poemas nuevos, poemas antiguos revividos y proyectos, muchos de los cuales sin su meticulosidad y su paciencia no nos hubieran llegado nunca, ni siquiera como “borradores silvestres”.
Al principio la colaboración no debía ser fácil. Incluso cuando traducían a Tagore le oí decir a Zenobia —así lo contaba Ernestina de Champourcin — que tuvieron que dejar de trabajar en la misma habitación, que habían amueblado con dos mesas, porque el ruidillo de su pluma deslizándose sobre el papel molestaba a Juan Ramón. Hay que añadir que esto sucedía cuando aún no existían las estilográficas ni mucho menos los “bolis”.
A veces he pensado — decía Ernestina — en la influencia de Zenobia en alguna de las ideas expuestas por el poeta sobre el tema del trabajo ( en la conferencia que pronunció el 15 de junio de 1936 titulada “Política poética” y que más tarde llegó a llamarse “El trabajo gustoso”) , ya que ella le dio desde el comienzo de sus relaciones un ejemplo continuo de tenacidad y perseverancia en todo lo que emprendía, aunque no buscara la altura poética tangible de Juan Ramón. Aunque fue siempre en su campo un trabajador nato, ¿ no consolidó sencillamente ella, con su modo de ser y obrar, esa tendencia, poco materializada en otros escritores de auténtica valía?”
(Imágenes- 1-Zenobia Camprubí— buenas noticias/ 2- Zenobia y Juan Ramón-el país)