Ahora que el IVAM de Valencia dedica una completa retrospectiva a Fernand Léger, releo las curiosas páginas que el artista dedicó al circo en sus interesantes “Funciones de la pintura”.
”Id al circo – decía -. No hay nada más redondo que el circo. Es un enorme cubo en el que se desarrollan una serie de formas circulares. Nada se detiene, todo se encadena. La pista domina, manda, absorbe. El público es el decorado móvil, sigue con sus movimientos lo que ocurre en la pista. Los rostros se levantan, se agachan, gritan, ríen. El caballo da vueltas, el acróbata salta, el oso pasa a través del aro y el malabarista lanza sus anillas al espacio. Un circo es un continuo girar de masas, de gente, de animales y de objetos. Los ángulos ingratos y secos no tienen nada que hacer allí.
Id al circo. Dejáis vuestros rectángulos, vuestras ventanas geométricas y entráis en el país de los circuitos en acción.
Con o sin peligro. Sin red la atracción es mayor. Una araña agitándose en su tela. Por debajo, el público: cabezas luminosas que oscilan suavemente, unidas, pendientes de los desplazamientos de las camisetas rosas. La luz se desliza sobre los rostros circulares, con los ojos fijos en el puntito peligroso; redoble de tambor, silencio, se lanzó; tres peligrosos saltos en el vacío, una mano que tantea el espacio atrapa por los pelos la otra mano. Ya está. Los aplausos explotan, suben, bajan, como el pedrisco sobre un tejado; se unen, se mezclan, lo que marca el final de la ansiedad de una multitud pendiente de un punto único; el hombre los acoge saludando amablemente sobre su trapecio, tan frágil que oscila como una barca sobre el agua.”
Léger, tan interesado siempre en las formas dinámicas de las máquinas y en sus bases geométricas : conos, ruedas dentadas, émbolos y brillantes superficies metálicas, también en sus figuras que a veces parecen autómatas, quiso revelar en el circo nuevas dimensiones. Y resalta en él la redondez y lo circular – el cubo, la esfera y el cilindro son algunos de los temas básicos del pintor – y cuando el marchante y editor Kahnweiler evoca uno de sus cuadros de 1910 que representa unos árboles que se parecían a tubos de una estufa y unos hombres, a su lado, como cilindros y esferas, recuerda que alguien dijo al contemplarlo, “esto no es cubismo, sino tubismo, arte tubular.”
Pero la visión del circo que nos entrega Léger – su visión de cubo y su forma circular – siempre nos sorprenderá.
(Imágenes -1-Ferdinand Léger/ 2- Léger- 1954/ 3- el pincel de Léger- 1934 / 4- Léger- Los constructores -1950)