“Ramón Masats tenía enonces 28 años y yo tenía 23. El gran fotógrafo español y yo recorrimos juntos durante varios días los campos de Soria y de allí surgió este texto que hoy incluyo aquí, rememorando un reportaje y una experiencia realmente inolvidables:
”El Joven, el Callado, el Niño, el Encarnado… Con un dedo aprietan la carne en el pan y cortan, comiendo. Es noche cerrada en los montes de Soria. El Joven, el Callado, el Niño, el Encarnado… se envuelven en mantas. Doblan el cuello para beber, y a los ojos del cielo se les ve de qué forma desaparece el vino en el gaznate. Después pasan la bota. Me la pasan a mí, que no me conocen. Pinchos de palos tuestan la fogata. Más tarde nos rozan lomos de caballerías. Estamos apretados; son pastores; estoy yo: somos sombras de oscuridad, tristeza de vísperas. Pienso : “ Esto es trashumancia”. Esto es callada, silenciosa procesión sin “cámaras”. Aquí no “se rueda”; a esta montaña no llega nunca el cine; aquí estoy yo y mi cuaderno, las cazuelas, los cayados, las capas. Siguen comiendo. Cenamos entre ovejas, con pan, sentados sobre sacos, dormimos contra tapias. Pienso : “Esto es trashumancia”. Camino, balido, senda; la ganadería soriana que anda por el cordel de la tradición, el censo de los cencerros, de los mansos; las merinas que muerden la hierba. Esto es trashumancia que, desde el pico a la capital, en un mar de cabezas, baja y baja, orillando Arquijo y La Poveda, dejando atrás Los Santos y Vizmanos, perdiendo rastros de El Collado, de Ledrado y de Oncala, de toda la sierra. Esto es trashumancia. Casi enseguida el Joven me mira.. ¿Qué habla? Nada hablo. Pienso. Me arrebujo en la manta y miro a todo el círculo. Es como si reconociera mi aldehuela.
He venido subiendo con linterna. Luego he saludado, he ofrecido mi mano y me he sentado. Es casi medianoche. Pan y aceite regala el cielo a los que, como yo, buscan cena improvisada. Pregunto : “¿Cómo se llaman?” “García nos llamamos”. Y José. Y este, el Extremeño. Y ésa, la “Rubia”, y la “Bretona”, y la “Torda”, y la “Romera”. Y ésta, la “Potra”. Son las caballerías. Después me invitan a fumar. Las merinas y las churras duermen: aún no las conozco. Les digo: “ ¿Van todos en familia?” Pero en este momento, de noche, suenan pocas respuestas. Reposan cabizbajos; me cuentan tras silencios que son hombres cansados, muy lentos. Boinas sobre los ojos les van tapando las ideas. Pinchan con navaja; no miran a la carne; comen poco, con desgana, con pereza. Muy caliente, un perro escapa de las brasas y se tumba sobre las chaquetas. “¿Son de aquí?”, les insisto. “Somos de Vizmanos”, es lo que me contestan. Y en en el suelo, de rodillas, sentados, dibujan algo mientras el silencio va rodando y rodando, y algo mágico como lo que dibujan les va dejando dormidas todas las piernas.”
José Julio Perlado – “Esto es trashumancia” – (publicado en el periódico YA el 29 de noviembre de 1959)
(Imágenes -1- Ramón Masats- 38ymas com/ 2- trashumancia – el Mundo/ 3- trashumancia – desdeSoria es)