LOS CUADROS OLVIDADOS

 

Bernard Berenson describe cómo, después de haber pasado una tarde de invierno contemplando pinturas chinas en el museo de Boston mientras fuera nevaba, señaló a la pared y dijo: » Mira, ahí tienes el cuadro más hermoso de todos», para darse cuenta, al cabo de un segundo, de que aquello era una ventana» – Así lo cuenta el gran crítico e historiador inglés Kenneth Clark en su reciente libro publicado en España, «Momentos de visión« .

 

 

«Incluso las personas menos sensibles al arte – dice Clark – tienen en su subconsciente un cúmulo desordenado de imágenes pictóricas, y tres cuartas partes de lo que consideran bello en la naturaleza los atrae porque es el reflejo de algún cuadro ya olvidado. Resulta, pues, tentador suponer que los momentos de visión a veces se ven precipitados por una coincidencia que despierta los recuerdos dormidos; por ejemplo, un sauce desmochado de pronto cobra nueva fuerza porque nos recuerda un cuadro de Van Gogh, o una mano huesuda, porque hemos visto reproducciones de un dibujo de Durero.

(…) Los momentos de visión no pueden forzarse ni programarse; y en cualquier caso, sabemos que los objetos que más a menudo los provocan no son extraños ni sorprendentes en absoluto, sino nuestros fieles  compañeros de juventud. Es cierto, como insisten los surrealistas, que solemos verlos de un modo nuevo e inquietante, como cuando la hierba crece tan alta como una selva o las raíces de los árboles se convierten en las extremidades de Belcebú. Pero existen momentos de percepción agudizada, y éstos son los más numerosos y felices, en los que el árbol que conocemos sigue siendo el mismo, sólo que por algún motivo ahora lo hacemos nuestro, lo poseemos».

 

 

(Imágenes-1- Van Gogh – primavera – huertos en flor/ 2- Durero – 1508/ 3- Van Gogh)