Cuando se contempla desde el cielo el Arco de Triunfo de París como ciudad visible uno recuerda las palabras que Italo Calvino escribió sobre sus ciudades invisibles: «la sensación del tiempo se ha cristalizado en los objetos y se ha contenido en las cosas que nos rodean. La ciudades no son nada más que la forma del tiempo».
Cuando se contempla desde el cielo la gran explanada de Ámsterdam como ciudad visible, vuelven a resonar las palabras de Calvino sobre sus ciudades invisibles: «de parte a parte parece que la ciudad continuara en perspectiva multiplicando su repertorio de imágenes: en cambio no tiene espesor, consiste sólo en un anverso y un reverso, como una hoja de papel, con una figura de este lado y otra del otro, que no pueden despegarse ni mirarse».
Cuando se contempla desde el cielo la Marina de Dubái como ciudad visible, las invisibles ciudades de Italo Calvino vuelven a hablarnos:» esta es la base de la ciudad: una red que sirve de paisaje y de sostén. Todo lo demás, en vez de elevarse encima, cuelga hacia abajo: escalas de cuerda, hamacas, casas hechas en forma de saco, percheros, terrazas como navecillas, odres de agua, picos de gas, asadores, cestos suspendidos de cordeles, montacargas, duchas, trapecios y anillas para juegos, teleféricos, lámparas de luces, macetas con plantas de follaje colgante».
Cuando se contemplan desde el cielo todas estas ciudades seculares, populosas, llenas de historia, se advierte muchas veces que más que ser invisibles son inhabitables: la polución extiende su larga mancha en el espacio y el tiempo y el rostro de las ciudades ante el espejo del día hay momentos en que no se le reconoce.
(Imágenes.- 1.-París- Arco de Triunfo- Belinda Sail- el país/ 2.-Ámsterdam- Belinda Sail- el país/ 3.- Dubái- Belinda Sail. el país/4.- Pekín- Belinda Sail- el país)