“Los griegos querían ser un pueblo de filósofos, y no de tecnócratas, es decir, eternos niños, que veían en el asombro la condición más elevada de la existencia humana. Solamente así puede explicarse el hecho significativo de que los griegos no hicieran uso práctico de innumerables hallazgos”, decía Stylianos Harkianakis.
“La perplejidad – señalaba Sócrates – es el estado anímico propio del filósofo…Ese estado de perplejidad es la fuente del preguntar filosófico. El estado de perplejidad y de asombro está frecuentemente relacionado con el reconocimiento de la propia ignorancia, una condición necesaria para que se de el filosofar”
“La filosofía y que no es una ciencia práctica – afirmaba Aristóteles en su “Metafísica” – lo prueba el ejemplo de los primeros que han filosofado. Lo que en un principio movió a los hombres a hacer las primeras indagaciones filosóficas, fue, como lo es hoy, la admiración. Entre los objetos que admiraban y de que no podían darse razón, se aplicaron primero a los que estaban a su alcance; después, avanzando paso a paso, quisieron explicar los más grandes fenómenos; por ejemplo, las diversas fases de la luna, el curso del sol y de los astros, y, por último, la formación del universo. Ir en busca de una explicación y admirarse, es reconocer que se ignora.”
“Es en el asombro – decía también Aristóteles en la “Retórica” – donde reside el deseo de aprender.”
“¿Por qué se pierde el asombro, cómo se pierde? – escribí hace ya tiempo -. Los inventos que nos ofrecen en bandeja las televisiones ya no nos producen estupor sino avidez de tomarlos prontamente y consumirlos. Hay una costumbre, un hábito rumiante de consumir masticando lo nuevo, a veces triturando lo último, a veces sin siquiera atragantarse, tan voraces somos. Se consume y se consume, se circula y se circula, se recorre el mundo con sólo oprimir el teclado, únicamente moviendo el volante. ¿Y el silencio, la sorpresa, la quietud? Parecen haber desaparecido. (…) Ahí está la atención.la comprensión, la compasión, el aprender a ver al otro lado y dentro de los demás, el aprender a ver dentro de uno mismo. Para eso está el asombro. El asombro es poner de rodillas a la inteligencia ante la naturaleza.” (J. J. Perlado: “El artículo literario y periodístico”)
(Imágenes.- 1.-Justyna Kopania/ 2.-Emil Nolde.-Lago de Lucerna.-1930/ 3,.David Baker/ 4.-Isaac Levitán.-1894/ 5.-Oscar Bernighaus.-1916)
interesante, idea, aqui ( Buenos Aires) aun se lucha contra los psicologos que te dicen que si no dudas estas mal o no sos serio. eso es porque les han enseñado que es la primera causa del filosofar y el asombro es la segunda pero hay quien no alcanza ni siquiera está. me encantaron las pinturas, los tonos vivos y puros. Roger Michelena siempre selecciona muy buen material. Cordialmente. Maria Marcela irigoyen
Maria Marcela,
el asombro es esencial para la contemplación. Uno no es nunca el creador de un atardecer, es la criatura que contempla el atardecer-
Gracias por tu comentario.
Gracias por esta magnífica entrada! Da mucho para pensar…
Cada día vamos perdiendo nuestra esencia humana, nuestros lazos con la Naturaleza misma y nos entregamos a las máquinas y a la voluntad de los que las manejan. Intentamos “poner de rodillas” a la naturaleza ante las máquinas. Perdemos la capacidad de mirar, admirar y asombrarnos, de soñar, contemplar, indagar y pensar. Perdemos la atención, la comprensión, la inteligencia y la memoria. Se va profundizando la crisis de valores y nos vamos hundiendo en una inmensa ignorancia.
Un saludo desde Valencia!
Enateneo,
Muy agradecido por tus palabras. Realmente es necesario contemplar para maravillarse ante tantas bellezas del mundo.