BRUEGHEL Y LA DETENCIÓN DEL TIEMPO

En un momento de la película de Lech Majewski «El molino y la cruz», Brueghel levanta su mano del cartapacio en el que pinta y detiene la evolución del tiempo. El tiempo obedece al artista, el movimiento de los aires y de los personajes se pliega a la mano del artista y el artista paraliza el tiempo, lo congela y lo plasma en unos trazos, el flujo y devenir de las vidas, sus antecedentes y continuaciones quedan fijados en el instante mismo del cuadro, como ocurre en el instante mismo de todos los lienzos, como ocurre en las instantáneas de las  fotografías. Karel van Mander recuerda en sus «Vidas de pintores flamencos», que «Brueguel, en el transcurso de sus viajes, hizo un número considerable de apuntes del natural; tantos que se ha podido decir de él que al atravesar los Alpes se había tragado una enorme cantidad de montes y rocas para vomitarlas – a su regreso – sobre lienzos y paneles, tanta era la exactitud con que reproducía la naturaleza».

Brueghel.-r7hyh.-La subida al Calvario.-1564

Brueghel estaba tan continuamente excitado por lo que veía, y poseía poderes tan prodigiosos de observación y memoria, que su lugar se encuentra entre esos maestros, a los que Kenneth Clark en «El arte del paisaje», encuadra en el » paisaje de fantasía». En esa fantasía aparece el lugar elevado, unas montañas escarpadas y una vista distante por la que transitan – en el caso de esta composición de 1564 – más de quinientos personajes. Las casacas rojas de los soldados se mezclan con los blancos caballos y en los carromatos asoman las muecas de los aldeanos a los que Brueghel se afanaba en vestir con precisión campestre, sirviéndose en sus bocetos de toda la minuciosidad propia que a veces puede quedar disuelta entre la multitud. Pero lo interesante quizá de este film de Majewiski es ese doble movimiento: la paralización de la escena gracias al gesto del pintor y el discurrir de las vidas inventadas antes y después de tal paralización.

Toda fotografía congela el fluir de una vida y todo cuadro intenta también detenerlo. Las vicisitudes, historias, ocupaciones y preocupaciones vienen y van en el río de la existencia y, tras la pincelada y el flash, volverán a marchar por el camino del vivir.

(Imagen.-Brueghel.-«La subida al Calvario».-Kunsthistorisches Museum.-Viena)

8 comentarios en “BRUEGHEL Y LA DETENCIÓN DEL TIEMPO

  1. El tiempo, cualidad de la materia. Un cuadro, una imagen, un escrito, se expresan a través de la materia sujeta a los avatares del tiempo. Son un intento, un destello de lo infinito.
    Interesante como siempre el post.
    MLuz.

    • Luz,

      sí, el tiempo nos acompaña, a veces se alarga excesivamente, a veces se contrae de modo sorprendente…, a veces nos gustaría parar el tiempo.

      Saludos con mi agradecimiento.

  2. Cuando nos detenemos a reflexionar sobre el paradigma de la pintura y el tiempo que maneja, no puedo dejar de pensar en las palabras de Gauguin quien afirmaba sobre la plenitud de ella, desde el momento en que era la única manifestación humana donde el pasado, presente y futuro era contenido en un solo espacio. Lo anterior, habla sobre el hecho que la realidad, sea cual sea esa realidad, se construye a partir de la sumatoria de planos. Es decir, la verdad esencial es infinita donde no existe el tiempo como tampoco la tercera dimensión. Pintores como Brueghel cuya laboriosidad nos asombra y deslumbra, es un detallismo sobre aquellos planos que en términos contemporáneos serían el equivalente a la entropía de los agujeros negros!!!

    • Alexander,

      el tiempo en la pintura y el tiempo en la vida es tema siempre fascinante. «Brueghel -dice Kenneth Clark – tiene la capacidad de hacer, implícita más que explícita, su crítica de la vida. Empieza con proverbios y alegorías, en que el paisaje es un decorado y un accesorio, y evoluciona hacia los grandes paisajes en que los accidentes de la vida humana forman una unidad con el tiempo y las estaciones».
      El tiempo está siempre presente en él, como en cada artista, ese tiempo que a los espectadores nos lleva a meditar y a contemplar.

      Muchas gracias por tus palabras.
      Saludos cordiales.

      • Julio,

        ¡No podría estar más de acuerdo!

        Es como el Génesis: “Creados a imagen y semejanza…”

        Desde luego que el tejido humano es sin lugar a dudas el paisaje más complejo porque todas las otras formas derivan de ello. Somos como parientes lejanos de una roca o un árbol, pero humanos al fin y al cabo.

        ¿Cuál es la virtud y en particular cuando se trata de un artista como Brueghel?

        Es precisamente su libre albedrío, es decir, que por medio del lenguaje que no solamente es verbal, podemos tomar una decisión y esa decisión tiene por implícito una capacidad de abstracción. Esta formidable cualidad humana es lo que a fin de cuentas nos lleva a trascender y diferenciarnos de nuestros “parientes lejanos”.

        Desde el Oprobio, lo saluda su humilde servidor,

        Alexander

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