Nunca os he de olvidar señoras señoritas – fugaces –
de pronto avistadas entre el gentío en una escalera un bazar o los laberintos del metro
desde la ventanilla de un vehículo
– como relámpagos estivos – anunciando el buen tiempo
-como un paisaje embellecido con su reflejo en el lago
– como una aparición en un espejo
durante la boda de lo que es
y de lo apenas presentido
– en un baile
cuando la música de la orquesta se va apagando
y el alba va colocando en las ventanas
sus velas aún sin encender
Nunca os he de olvidar – pura fuente de júbilo – vivía también
por mor de vuestros ojos de corza – de bocas no mías
de morenas manos que con mimo elegían pescados argénteos
A ti muchachita de Antillas te recuerdo quizá mejor que a ninguna otra
te vi solamente una vez chez le marchand des journeaux
te estuve mirando sin habla conteniendo la respiración – para no ahuyentarte
y por un instante pensé que si me iba contigo
cambiaríamos el mundo
Nunca os he de olvidar –
asombrada moción de párpados
indescriptible ladeamiento de cabeza
nido de mano
mi fiel memoria repite
inalterables y místicos vuestros rostros anónimos
y aquella rosa
entre una negra
cabellera”.
Zbigniew Herbert.- “Juramento“.-“Rovigo”.-1992
(Imágenes:- 1.-Christo Stankulov.-cortesía de Sony World Photographic.-2009/2.-Gordon Parks.-1951/3.-Gertrude Käsebier.-1915/ 4.-Capucine en el boulevard.-1952. Georges Dambier.-para ELLE/ 5.-Christina Rossetti por Jilliam Tamaki)