NYMPHÉAS

«Nada está más «construido» que el impresionismo – decía el filósofo Paul Ricoeur al contemplar las «Nymphéas» -. Es el mayor desprecio que se puede cometer concerniente a Monet. Si él ha tenido al principio impresiones sensoriales, todo lo demás ha sido construido. Pensemos en el intervalo de la pena, del dolor, del trabajo que hay entre las impresiones recibidas del mundo, y después esta construcción de impresiones. Cerca de diez años de sufrimientos psíquicos. Monet está prácticamente ciego, se ha operado muchas veces de los ojos sin éxito: ya no ve los colores. Él está como Beethoven que, sordo, construye en su cabeza la  tonalidad de los colores.

Estos colores que vemos han sido construidos en principio «cerebralmente» y proyectados después sobre la tela. La pintura – proseguía Ricoeur – no plantea un problema diferente de la narración, por ejemplo, porque cada vez existe la recreación del mundo, de un mundo completo. Miremos el cielo, el agua, el vegetal.  No sabemos ya cuál es el reflejo del cielo en el agua, cuál es la recepción del cielo por el agua… Los nenúfares forman la totalidad de un mundo porque podría decirse: es el mundo tal y como yo no lo he visto jamás.

En este sentido, nada sería más engañoso que decir que aquí tenemos simplemente una imagen, es decir, algo que es menos que lo real. Aquí tenemos en cambio algo más que lo real. En este sentido, podría decirse que es un «su realismo«, si la palabra no hubiera sido empleada en otro contexto. Como acabo de decir, es el mundo tal como yo no lo he visto jamás, pero que, al mismo tiempo, podemos habitar. Este lugar que a la vez es cerrado nos lanza al mismo tiempo fuera de sus propios límites. Es como un «horizonte» de percepción y no como un «objeto» de percepción».

Pupilas de filósofo mirando las flores, mirando el agua: contemplando cómo el agua se refleja en las flores.

(Imágenes.-Monet.-«Nympheas».-en l´Orangerie.-