“Los cigarros son los dedos del tiempo que se convierten en ceniza“, dijo Ramón Gómez de la Serna. Ahora, cuando se asiste a los estrenos de cine, el humo ha desaparecido de las carteleras y en la penumbra de la sala es difícil distinguir – casi asombran – escenas envueltas en cigarrillos. Aquellas célebres películas del recuerdo nos muestran el paso de tiempo bajo un aire límpido de secuencias, como si nadie hubiera fumado nunca.
“Toda el alma resumida – escribió Mallarmé.
Cuando lenta la consumo
Entre cada rueda de humo
En otra rueda abolida
El cigarro dice luego
Por poco que arda a conciencia:
La ceniza es decadencia
Del claro beso de fuego
Tal el coro de leyendas
Hasta tu labio aletea
Si has de empezar suelta en prendas
Lo vil por real que sea
Lo muy preciso tritura
Tu vaga literatura”.
A la salida del cine, en la calle, ya nos espera la ironía de Mark Twain:
“Dejar de fumar es muy fácil, yo lo he dejado ya como cien veces“.
(Imágenes:-1.-Happy Hour XV.-2007.- La Ba Quan.-Raquelle Azran-Vietnamese Contemporary Fine Art.-New York.-Tel Aviv.-artnet/5.-Cezanne.-Museo Hermitage/