VIAJES POR EL MUNDO (53) : SPOLETO

11 de julio de 1965. Ezra Pound, el  poeta norteamericano, avanza por la plaza del Duomo de Spoleto sin que nadie le mire cono un invitado más al festival de Dos Mundos. El poeta aparece delgado, extraordinariamente delgado, las mejillas huesudas bajo la barba blanca, el pelo cano, las manos aún firmes y nervudas, un brillo inconfundible de hondura y de penetración en sus ojos. Su figura tropieza casi con la de un campesino italiano o roza con la de un “señorito” de provincias que, en mangas de camisa, en ángulo, lanza largas miradas a las gentes que cruzan.

 He salido temprano de Roma, a la hora de la ciudad desierta que va a ser invadida de calor; he atravesado un bellísimo pueblecito —Narmi— asomado a la profundidad de un valle. A las doce, en Spoleto, representación en el teatro Cayo Melisio. Maravilla encontrar de improviso en esta Plaza del Duomo, en el interior de un edificio que quiere ser anónimo, un teatrito dorado y rojo, aparentemente nuevo, cuidado como una miniatura barroca que estuviera escondida en el fresco pozo de esta casa aplastada de sol.  Ya el público es un espectáculo antes de que el espectáculo comience:  se mezclan inteligencias creadoras con mentalidades simples, artistas con muchedumbres de pueblo. Aquí están jóvenes compositores ingleses, pintores franceses, vanguardia y tradición, roto cuanto pudiera haber de formal y de aparente. Se escucha a Brahms, Chopin o Schubert  en pantalón vaquero o en tirantes de playa;  sólo veo un sombrero, el único recuerdo de las elegantes tardes musicales de Europa. Quedan más tenues las luces: el patio de butacas ofrece, desde un ángulo, un panorama insólito: poetas y agricultores, ojos penetrantes y manos rudas. Es  extraordinaria esta luz  rosada, sedante, que viene de los palcos abiertos en semicírculo… Singular mañana en Spoleto.

José Julio Perlado

imágenes- Spoleto- wikipedia

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