
“Un judío de Cracovia había soñado varias veces que junto a cierto molino se ocultaba un tesoro enterrado — así lo cuentan Levitte y Casaril en ”Los sueños y sus interpretaciones” — Una buena mañana se levantó, se dirigió al molino y empezó a cavar todo alrededor, pero en vano. El molinero le preguntó por qué cavaba de aquella manera, y el hombre se lo explicó. Entonces el molinero, muy sorprendido, contó que él mismo había soñado varias veces que en el patio de cierto hombre de Cracovia había un tesoro enterrado; y citó el nombre del hombre, que era el miismo que el de nuestro buscador del tesoro. El cracoviano regresó de inmediato a su casa, registró su patio y encontró un tesoro.”
