Nos espera el cine después de la pandemia. Nos esperan los directores, los argumentos y los artistas.las variaciones de los trajes, los peinados, las miradas. Recuerda el sociólogo francés Edgar Morin la influencia de los peinados cinematográficos en la moda de las mujeres. “ En 1936 — dice— la nueva cabellera lisa de Greta Garbo se propagó por los Estados Unidos. El mechón sobre el ojo a imitación de Verónica Lake tuvo luego tal éxito que la industria le suplicó a la artista que lo suprimiera, ya que las mecanógrafas, reducidas a la visión monocular, multiplicaban los errores en la máquina de escribir. Por otro lado, Hollywood es la fuente de la industria del maquillaje moderno, los cuidados de belleza presentados a las artistas por Elizabeth Arden, los ungüentos y afeites creados para ellas, se han multiplicado para todos los rostros del mundo. Todas esas cajas, esos tubos, esas cremas de belleza, esos jugos de pepino, esas yemas de huevo sobre el rostro, todos los laboratorios de las peluqueras de la pequeña burguesía, son como las mil alquimias prestadas por las estrellas de cine para que se parezcan a ellas. ¡ Y los labios! Los de Joan Crawford se sobreimprimen a millones de labios en el mundo.
Las estrellas dirigen nuestros modales, gestos, posturas, actitudes, suspiros de éxtasis. Hay una forma de beber con desenvoltura, de saludar con sombrero o sin él, de adquirir gestos traviesos, profundos, trágicos, de rechazar una invitación, de aceptar un regalo, de rehusar o permitir un beso”.
El cine nos espera con sus secretos y sus misterios, con el encantamiento de unas historias increíbles que nos sumergen en la realidad de la ficción.
(Imágenes—-1- película “la invención de Hugo”/2- Scarlett Johansson/ 3- escena de “El gatopardo’)