En un mar de móviles y de pantalllas, en un incesante comunicarse de modo veloz con los demás cruzando calles, subiendo escaleras, oyendo y hablando, hablando y oyendo de modo incansable, obsesionados por la continua comunicación, me acuerdo de las palabras de Tarkovski cuando le preguntaron:
“— ¿ Qué le gustaría decirle a la gente más joven?
— Que aprendan a amar la soledad. Que estén más solos consigo mismos. El problema de la gente joven es su desenvolvimiento ruidoso. El individuo debe aprender a estar consigo mismo desde niño, pero esto no significa estar solo, significa no aburrirse con uno mismo, que es un síntoma muy peligroso, casi una enfermedad.”
Esto lo dijo en lo profundo de un bosque, entre ramas, recostado contra un árbol, pensativo, mirando aquel agua que corría cerca de él, aquel agua que él amaba tanto —“amo el agua”, había dicho muchas veces — , aquel agua que en tantas ocasiones aparecía en sus películas.
(Imagen —1 – Andrei Tarkovski – people ucalgary/ 2- “Stalker» de Tarkovski)