”Astros en fuego que pueblan la noche en cielos lejanos;
astros mudos que giran ciegos sin ver, siempre helados,
arrancáis de nuestros corazones los días del ayer,
nos arrojáis al porvenir sin nuestro conocimiento,
y lloramos y todos nuestros gritos que os elevamos resultan vanos.
Puesto que es preciso, os seguiremos, atados los brazos,
los ojos vueltos hacia vuestro fulgor puro pero amargo.
Todo dolor importa poco a vuestro aspecto.
Callamos, titubeamos sobre nuestros caminos.
Está allí en el corazón repentino, su divino fuego.”
Simone Weil –«Los astros» (traducción de Adela Muñoz Fernández)
(Imagen – Noeeta Madahar)