LA ENVIDIA, SEGÚN PLA

 

 

“En el mismo momento en que uno se pone a escribir para el público – recuerda Pla -, entra en la categoría de lo justiciable. Usted, este señor de enfrente, yo, pasamos a ser justiciables. Yo me he dedicado toda la vida a ello y mi experiencia es un poco larga. Se pasa a ser justiciable de no importa quién, tanto si esta persona conoce mejor que usted la materia de su escrito como si no sabe ni papa. Es un  oficio que conlleva como ningún otro el embate de la gente. Dichos embates pueden producir, a las personas que escriben, momentos de mucho malestar; a algunos las lleva a abandonar la actividad y a dedicarse a tareas más plácidas y tranquilas. Hay personas que son muy sensibles —demasiado sensibles.

 

 

Esta situación es lo que ha hecho decir, tantas veces, que la actividad literaria  —y en general todas las actividades artísticas — está llena de envidiosos de la más baja calidad, que son quienes actúan por vanidad y por popularismo. Hay que saber aguantar tales empellones, y lo mejor para hacerlo es estar seguro de lo que uno escribe y no caer en la pereza del oficio, no hacer demasiado caso, no responder nunca, mantenerse en una posición de firmeza hábil y de un tacto perfecto. Pero como quiera que, aunque se sigan estos buenos consejos, los embates continuarán, lo mejor es habituarse y reírse de ellos, pero sin ofender. Lo que quiere la gente  es que se le respete la vanidad y la fanfarronería que arrastra.”

 

 

(Imágenes -1-William Clutz -1999- artnet/ 2- sir Henri  Raembur- 1795- National Gallery/ 3- Benny Andrews – 1977- artnet)