«Somos grandes locos -recuerda Montaigne en sus «Ensayos»:
– Se me ha pasado la vida ocioso – decimos -; no he hecho nada hoy.
– ¿Cómo? ¿Es que no habéis vivido? Es ésa no sólo la fundamental, sino la más ilustre de vuestras ocupaciones.
-Si me hubieran enfrentado a grandes empresas, habría mostrado lo que sabía hacer.
– ¿Habéis sabido meditar y dirigir vuestra vida? Habéis hecho el trabajo mayor de todos».
«Para mostrarse y lucirse, para nada necesita la naturaleza de la fortuna, muéstrase igualmente en todos los niveles, y detrás, como sin telón. Componer nuestra conducta es nuestro oficio, no componer libros, y ganar, no batallas ni provincias, sino el orden y la tranquilidad de nuestro proceder. Nuestra obra de arte grande y gloriosa, es vivir convenientemente. Todas las demás cosas, reinar, atesorar, construir, no son sino apéndices y adminículos como mucho.»
(Imágenes.- 1.- Morteza Katouzian.-The Crisis- 1981/ 2.-Piet Mondrian.-1910)
Qué bella enseñanza. El oficio de vivir es tan simple si aprendemos a valorar la vida con todo lo que nos trae. Hace falta tan poco para ser feliz, a veces con mirar cómo abre una rosa puede ser suficiente, pero nosotros con nuestro apuro y nuestra ambición pasamos de largo. Allí está el aprendizaje, aprender a detenerse en las cosas «verdaderas» y la naturaleza es el mejor representante de esa verdad.
Gracias, J Julio. Saludos.
Elizabeth,
Montaigne nos transmite la enseñanza de la serenidad y el amor por los pequeños placeres de la vida. Los días de la vida misma tienen su riqueza permanente, el sosiego de aprender a vivir, algo que cuando uno está enfermo por alguna razón valora porque lo ha perdido.
Muchas gracias por tu comentario.
Saludos