«Nunca de ti me atrevo a hablar
inmenso cielo de mi barriada
ni de vosotros tejados que contenéis la cascada del aire
bellos aterciopelados tejados cabellos de nuestras casas
Callo también sobre vosotras chimeneas laboratorios de la tristeza
abandonadas por la luna estirando vuestro cuellos
y de vosotras ventanas abiertas – cerradas
que os resquebrajáis de través cuando morimos en ultramar
No describiré siquiera la casa
que conoce todas las fugas y mis retornos
aunque es pequeña y no abandona mi párpado cerrado
nada me devolverá el aroma de la cortina verde
ni el crujir de la escalera por la que traen la lámpara encendida
ni el de la fronda sobre el portón
Querría con propiedad escribir sobre el picaporte de la cancela de esta casa
de su apretón áspero y su amistoso crujir
y aunque de él sé tantas cosas
repito solo la cruelmente común letanía de las palabras
Tantos sentimientos caben entre un latido y otro
tantos objetos es posible asir con ambas manos
No os sorprendáis de que no sepamos describir el mundo
tan solo hablamos a las cosas con ternura por su nombre de pila.»
Zbigniew Herbert.– «Nunca de ti».– «Hermes, el perro y la estrella» (1975)
(Imágenes:- 1.- Kees van Dongen.- 1907/ 2.- Franz Fedier.– 1949/ 3.- Eastaman Johnson/ 4.- Henry Robert Morland.– 1716/ 4- Jadiel Galicia)




