
“Entre las casas y este Monasterio – dice del paseo del Prado Diego Pérez de Mesa, en su “Libro de las grandezas”, en 1595 – hay, a la mano izquierda en saliendo del pueblo, una grande y hermosísima alameda, en tres órdenes que hacen dos calles, muy anchas y muy largas, con cuatro fuentes hermosísimas y de lindísima agua a trechos puestas, por la una calle y por la otra muchos rosales entretejidos a los pies de los árboles por toda la carrera. A la mano derecha del mismo monasterio saliendo de las casas, hay otra alameda también muy apacible, con dos órdenes de árboles que hacen una calle muy larga hasta salir al camino que llaman de Atocha. (…) Llaman a estas alamedas el Prado de San Jerónimo donde en invierno al sol, y en verano a gozar de la frescura, es cosa muy de ver y de mucha recreación, la multitud de gente que sale, de bizarrísimas damas, de bien dispuestos caballeros y muchas señoras y señores principales en coches y en carrozas”.
Lo había dicho también Pedro de Medina en“Grandezas y cosas memorables de España”, en 1543.
Pero mientras camino por este Paseo del Prado nadie podría imaginar que – por artes del teatro – tuvo lugar una boda entre calles y paseos madrileños, la que evocó en su entremés cantado Luis Quiñones de Benavente en “El casamiento de la calle Mayor con el Prado Viejo“.
“Casó la calle Mayor
con el señor Prado Viejo
trocando la vecindad
en amable parentesco.
Convidadas a la boda
todas las calles vinieron,
que a la Mayor se le debe
la obediencia y el respeto.
De gala vienen vestidas
sin ponerse nada ajeno,
que cada calle sacó
de sí misma el lucimiento”.

Asistieron a esta boda muchas calles madrileñas y varios sitios castizos de la Villa: la calle de la Comadre, la calle de Postas, la Puerta del Sol, el Juego de la Pelota, las Tabernillas, el Manzanares… Aparecía Salinas – que representaba al paseo del Prado –con un justillo verde, un álamo en la muleta y una fuente en la cabeza, y Jerónima – que era la calle Mayor – con tocados de cintas en el vestido.
El Prado Viejo era el paseo que se extendía desde la actual plaza de Cibeles hasta la actual glorieta de Atocha. Se le llamaba también Prado de San Jerónimo, por el monasterio de frailes jerónimos que se levantaba en un vecino altozano y se le decía igualmente Prado Viejo para distinguirlo de los otros dos Prados: el de Recoletos y el Prado Alto.
” El Prado –así lo han recordado varios comentaristas – simbolizaba lo verde, con sus fuentes, su arroyo marginal y sus frondosos álamos. Por su parte, la calle Mayor representaba lo seco, con todo su montaje industrial y comercial. En el fondo de esta pieza teatral – considerada como obra maestra dentro de los entremeses madrileños – latía el transcendental problema español de la lucha entre la sequía y el agua. Desgraciadamente la boda de las dos calles fracasa, y el Prado querrá conservarse en su jaula verde, aunque coartado por las zonas secas”.

Vuelvo paseando por este Prado, hoy silencioso, pero en cuyas avenidas reinaron hace siglos intrigas amorosas y amables cortesías, se cruzaron variedad de trajes, hubo rumor de coches de caballos, polvo, figuras escondidas, voces vendiendo agua. Vuelven también conmigo en la memoria los versos de Lope:
“Campos de Madrid dichosos,
si sois de sus pies pisados;
fuentes, que por ver la huerta
del Duque subís tan alto
el cristal de vuestros ojos,
que asomáis los blancos rayos
por las verdes celosías,
muros de sus verdes cuadros;
hermosa alfombra de flores,
donde tejiendo y pintando
está la naturaleza
mas ha de cinco mil años;
arroyuelos cristalinos,
ruido sonoro y manso,
que parece que corréis
tonos de Juan Blas cantando,
porque ya corriendo aprisa,
y ya en las guijas despacio,
parece que entráis, con fugas,
y que sois tiples y bajos;
recordad a mi niña,
no duerma tanto”.
(Imágenes:- 1.-paseo del Prado.-julio 2010.-foto JJP/ 2.-calle Mayor.-wikipedia/ 3.-calle Mayor.-wikipedia/ 4.-Palacio Real de Madrid.-syscrapercit com)