«Ufano, alegre, altivo, enamorado,
cortando el aire el suelto jilguerillo,
sentóse en el pimpollo de una haya;
y con el pico de marfil nevado,
entre el pechuelo verde y amarillo,
las plumas concertó pajiza y gaya.
Y celoso se ensaya
a discantar en dulce contrapunto
sus celos y amor junto,
y al ramillo, su apoyo, y otras flores,
libre y gozoso cuenta sus amores.
Mas ¡ay! que en este estado,
el cazador cruel, de astucia armado,
escondido le acecha,
y al tierno corazón aguda flecha
tira con mano esquiva,
y envuelto entre su sangre le derriba.
¡Triste avecilla, vida malograda,
imagen de mi suerte desdichada!»
(…)
José de Saravia.- Canción real a una mudanza (siglo XVl)
( Sobre la autoría de la Canción real a una mudanza José Manuel Blecua
en la Revista de Filología Española, Madrid, XXVI (1942) y años después,en NRFH, XI (1957),
prueba que el autor es José DE SARAVIA, llamado el Trevijano,
nacido entre 1593 y 1594, secretario del Duque de Medina Sidonia. El poema ha
sido atribuido, entre otros, a los Argensola y a Mira de Amescua)
