MEMORIA Y OLVIDO

MEMORIA Y OLVIDO.-4,.OUT OF PROJECTION 2009.-Maljkovic.-Centro Reina SofíaTodos estos seres que se acercan unos a otros abrazan a la memoria con el olvido, tienden los brazos de cuanto olvidaron para que la memoria los acoja, necesitan el calor de los recuerdos, olvidarse de que están solos, memorizar que tienen compañía.

MEMORIA.-A.-por David MaljjKovic.elmundo. es

Luego andan y andan por los bosques entre objetos y árboles en busca de lo que perdieron, sonámbulos de la Historia, criaturas que vuelven a su infancia, asombrados de la muerte de las utopías. Así los retrata en varios videos el artista croata David Maljkovic en una exposición recientemente inagurada en el Centro Reina Sofía de Madrid y que allí estará  hasta el 17 de enero.  Memoria y amnesia colectiva, no sólo individual: camino entre árboles que cuenta la transición desde el comunismo al capitalismo en la reciente historia de Croacia.

«Grande es esta virtud de la memoria decía San Agustín en «Las confesiones» – , grande sobremanera, Dios mío, Penetral amplio e infinito. ¿Quién ha llegado a su fondo? En cierto modo, ella hace sentir vértigo…Desde que te conocí, permaneces en mi memoria y aquí te hallo cuando me acuerdo de ti y me deleito en ti. (…) Mucha admiración me causa esto y me llena de estupor. Viajan los hombres por admirar las alturas de los montes, y las ingentes olas del mar, y las anchurosas corrientes de los ríos, y la inmensidad del océano, y el giro de los astros, y se olvidan de sí mismos, ni se admiran de que todas estas cosas, que al nombrarlas no las veo con los ojos, no podría nombrarlas si interiormente no viese en mi memoria los montes, y las olas, y los ríos, y los astros, percibidos ocularmente, y el océano, sólo creído, con dimensiones tan grandes como si las viese fuera. Y sin embargo, no es que haya absorbido tales cosas al verlas con los ojos del cuerpo, ni que ellas se hallen dentro de mí, sino sus imágenes».

A veces se pierden hasta las imágenes del mundo e incluso del yo más íntimo y hace falta volver a acercarse a la memoria y abrazarla con nuestro olvido. 

MEMORIA Y OLVIDO.-4,.OUT OF PROJECTION 2009.-Maljkovic.-Centro Reina Sofía

 (Imágenes.-1, 2 y 3.-estampas de videos de la exposición «Out of Projection», de David Maljkovic.-elmundo.es y Centro Reina Sofía de Madrid)

  

KANDINSKY O EL MOMENTO ESTELAR

pintores.- 22nb.-Kandinsky.-Mujer en Moscú.-1912.-Museum Syindicate

 «Un día, en Munich, Kandinsky ha entrevisto en el espacio de un instante un cuadro de una belleza extraordinaria – cuenta Brigitte Hermann en la biografía del pintor (Hazan) -. La extraordinaria impresión no ha durado mucho tiempo: se trataba de uno de sus propios cuadros que, colocado de lado y visto desde otro ángulo, se ha transformado instantaneamente en la imagen tornasolada de un azul sutil revelando el crepúsculo. El artista no lo había reconocido».

Todos los comentaristas de Kandinsky recuerdan ese momento. Es un momento estelar, de los que le hubiera gustado fijar en la Historia a Stefan Zweig. En ese instante de Munich el pintor – recuerda otro crítico -«al ver a través de la ventana de su estudio sus cuadros al revés, le provocan una inmediata sensación de extrañeza, una profundísima emoción, prueba irrefutable de que lo esencial en un cuadro no era el reconocimiento de unas figuras concretas, sino precisamente de una sensación, en su caso, de una suerte de resplandor azul». Este incidente, sin embargo, no fue fortuito. Se ha dicho que Kandinsky llevaba tiempo dando vueltas a nuevas posibilidades. Una representación de Lohengrin en Moscú le hizo pensar que la pintura podía tener la misma capacidad que la música para transmitir sensaciones a través de lo abstracto: en música, ritmos, intensidades, pausas; en pintura, color, forma, composición.

pintores.-Kandinsky.-Amarillo, verde, azul.-1925.-Museum Syindicate

1909  es el año en el que Kandinsky empieza a elaborar en su mente lo que escribiría en 1910, su gran libro – «De lo espiritual en el arte» -, publicado en 1912.  «Las almas son diferentes, sus sonoridades son diferentes, y por consecuencia, las formas artísticas son diferentes».- dirá ese año al comentar una exposición -. «De ahí, una gran variedad en los colores, en la construcción, en el grafismo. Lo que no impide que todo obedezca a un deseo común, aquel del diálogo entre las almas. Y he aquí lo que explica la grande, feliz unidad de esta exposición«.

pintores.-77bvg.-Kandinsky.-Improvisación 11.-1910.-Museum Syndicate

Diálogo entre las almas. Diálogo entre diversos colores y diálogo entre la pintura y la música. Lo que Kandinsky llamará sus «impresiones» son los estudios que él pinta o dibuja tomados de la naturaleza exterior; sus «improvisaciones» serán en cambio la expresión de acontecimientos interiores: ambas obras nacidas de anotaciones directas. En cuanto a lo que él designa como «composiciones» serán expresiones interiores elaboradas muy lentamente para producir un efecto conscientemente organizado. Convencido de que los colores tenían correspondencia con sonidos, y en general, con sentimientos y sensaciones, Kandisnky veía todo el cuadro dentro de él antes de ponerse a pintarlo. También Kandinsky es atraído por el poderío de una especial montaña, como Cézanne  Si Cézanne quedó imantado por la «Montagne Saint Victoire«, Kandinsky pinta también su personal «Montaña azul«. 

pintores.-989nbm.-Kandinsky.-La montaña azul.-1908.-Museum Syindicate Pero todo nacía de aquel momento estelar fulgurante que él había vivido. Momento estelar o – también podría quizá llamarse  ( como se ha denominado especialmente en literatura) -, epifanía.

(Imágenes:-1.-Mujer en Moscú.-1912/2.-amarillo,rojo,azul.-1925/3.-Improvisación 11.-1910/4.-La montaña azul.-1908.-Museum Syindicate)

EL SENA DE WILLY RONIS

París.-ZZ.-Quai Malaquais, 1953.-por Villy Ronis.-Hackel Bury Fine Art«En la superficie del agua, la niebla ascendía como un vapor; el Sena humeaba, en el cielo negro de la lejanía se divisaba un aire blancuzco y opaco; era como si la oscura noche de otoño fuera sustituida por una noche sobrenatural, tan pálida como negra era la otra, pero impenetrable».

Julien Green

(Hoy ha muerto Willy Ronis, uno de los grandes fotógrafos que retrató París. Hoy también en Mi Siglo he hablado de París y de su fotografía. Imágenes de Willy Ronis recogí hace meses. Vayan estas cortas líneas de Julien Green como pequeño homenaje)

(Imagen: Quai Malaquais, 1953.-por Willy Ronis.-Hackel Bury Fine Art)

PARÍS, EL PASO DEL TIEMPO

París.-A.-Le Dome.-Boulevard Montparnasse, junio 1925.-por Eugene Atget

El tiempo pasa dorado en esta tarde de junio de 1925. Pasa ante estas sillas de «Le Dome«, en el boulevard Montparnasse. Pasa el mismo tiempo de siempre, ése que no se deja conocer, embozado el tiempo en neblina, a veces apresurado, a veces muy lento, un tiempo fugaz, un tiempo eterno. París recibe al tiempo en sus calles y el tiempo se lleva consigo calles y rincones que tanto cantaron los poetas.

París.-10.-Parque St Cloud 1921.-por Eugene Atget

A este rincón del Parque de St Cloud en 1921 tan solitarioParís.-11.-Parque St Cloud 1986.-Atget Rephotographic Project

vinieron dos niños sesenta y nueve años después, en 1990. Auellos niños de 1921 crecieron, se marcharon, quizá desaparecieron, y el Parque de St Cloud recibe ahora a estos dos niños nuevos que pronto crecerán y se marcharán, más adelante desaparecerán.

París.-12.-Quai de la Tournelle 1910-1911.-poe Eugene Atget

El tiempo ha puesto este carro en el Quai de la Tournelle, lo apoyó bien en 1911 para que no se lo llevara el tiempo, pero el tiempo de 1992

París 13.-Quai de la Tournelle junio 1992.-Atget Rephotographic Project

 se lo llevó, lo eliminó, está el arco limpio para que pase el tiempo, y el tiempo continúa y cruza París.

París.-4.-El Paneón y la rue Valette.-1925.-por Eugene Atget

 El tiempo va hacia el Panteón de la rue Valette, avanza solitario en 1925,París.-5.-El Panteón y la rue Valette 1992.-Atget Rephotographic Project

y el tiempo lo espera en 1992 sembrado ya de coches.

París.-2.-Jardin du Luxembourg.-1923.-por Eugene Atget

El tiempo. Siempre el tiempo.

París.-3.-Jardín de Luxembourg 1900.-Atget Rephotographic Projet

Tiempo del jardín de Luxemburgo. Tiempo de 1923. Tiempo de 199o.

París.-17.-Le Dome, Boulevard Montparnasse, 1990.-AtgetRephorographic Project

Luego el tiempo se recoge. Vuelve a donde salió. Sesenta y cinco años después. «Le Dome«. Montparnasse. El tiempo en 1990.

Quizás es el tiempo lo que nunca pasa. Lo que pasa sobre el tiempo es París.

(Imágenes: El Proyecto Rephotographic Atget inició en 1987 un curso en el que unos estudiantes volvieron a los sitios parisinos fotografiados por Eugene Atget entre 1900 y 1926.- Parte del resultado fue el siguiente:- fotos: 1.-«Le Dome», boulevard Montparnasse, junio 1925.-por Eugene Atget/2.-Parque Saint-Cloud, 1921.-por Eugene Atget/3.-Parque Saint-Cloud, 1986.-Atget Rephotographic Project/ 4.-Quai de la Tournelle.-1911.-por Eugene Atget/5.-Quai de la Tournelle, 1992.-Atget Rephotographic Project/6.-Pantheón de la rue Valette, 1925.-por Eugene Atget/7.-Pantheón de la rue Valette, 1992.-Atget Rephotographic Project/8.-jardín de Luxemburgo, 1923.-por Eugene Atget/9.-jardín de Luxemburgo, 1990.-Atget Rephotographic Project/ 10.-«Le Dome», boulevard Montparnsse, 1990.-Atget Rephotographic Project)

ONCE DE SEPTIEMBRE

once septiembre.-2.-foto Todd Heisler.-The New York Times

 

once septiembre.-foto Michael Nagle.-pieza de acero encontrada en la Zona Cero.-New York Times

Durante todo el día, mirando las imágenes horribles en la pantalla de la televisión y el humo saliendo de las ventanas, he pensado en mi amigo, el funámbulo Philippe Petit, que evolucionaba entre las torres del World Trade Center en agosto de 1974, justo después que los trabajos de construcción de las Torres se habían acabado».

Paul Auster

Ojo humano sobre el mal, ocho años después los recuerdos siguen inolvidables

(Imágenes:- 1.-edificio Chrysler, en el centro de Manhattan.-foto Todd Heisler.-The New York Times/2.-restos de acero de la Zona Cero.-foto Michael Nagle.-The New York Times.-TIME)

DESPEDIR A SOROLLA

sorolla..-K.-María.-1900

Me despido de Sorolla en los ojos de su hija María. Ojos pintados en 1900, ojos tímidos, sumisos, admirados de su padre.

sorolla.-ll.-7soldela tarde

Me despido de Sorolla en «Sol de la tarde» (1903) : espuma bajo los bueyes, pecho de vela ancha, vaiven de blancos, pardos, azules.

sorolla.-cloyilde paseando por los jardines de la Granja.-

Me despido de Sorolla cuando su esposa Clotilde pasea por los jardines de la Granja: andar pausado, reflejos, caminar de modelo enamorado.

sorolla.-H.-su suegro en la playa.-museo del prado

Me despido de Sorolla en sus retratos, ante «Antonio García en la playa» (1909):  brisa de mar, quietud, ensoñación.

sorolla.-A.-Ayamonte.-wikipedia.-

Me despido de Sorolla en»Ayamonte» (1919): resbaladizos atunes, brillos de mar.

sorolla.-B.-fotógrafo y pintor.-museo del prado

Me despido de Sorolla cuando el fotógrafo Christian Franzen se asombra de cuanto Sorolla pinta: a punto está de disparar para fijar pintura y fotografía.

sorolla.-E.-despues del baño.-

Pero Sorolla sigue pintando.Pinta y pinta mientras yo me despido. Agua, sol y luz pintados para siempre.

sorolla.-K.-auotrretrato

Luego ya, en la puerta del museo del Prado, es Sorolla quien me despide.

(Imágenes: 1.-María (1900)/ 2.-«Sol de la tarde»(1903)/3.-«Clotilde paseando en los jardines de la Granja» (1907)/4.»Antonio García en la playa»(1909)/5.–«Ayamonte.-La pesca del atún»(1919)/6.»El fotógrafo Christian Franzen(1903)/7.-«Después del baño» (1909)/8-«Autorretrato».-Museo del Prado)

HUMO

fumar.-ABC.-por La Ba Quan.-2007.-Vietnamese Contemporary Fine Art.-New York.-Tel Aviv.-artnet

«Los cigarros son los dedos del tiempo que se convierten en ceniza«, dijo Ramón Gómez de la Serna. Ahora, cuando se asiste a los estrenos de cine, el humo ha desaparecido de las carteleras y en la penumbra de la sala es difícil distinguir  – casi asombran – escenas envueltas en cigarrillos. Aquellas célebres películas del recuerdo nos muestran el paso de tiempo bajo un aire límpido de secuencias, como si nadie hubiera fumado nunca.

humo.-3.-chinatown.-filmposters.it

humo.-2.-el hombre que nunca estuvo allí.-cartelia.nethumo.-4.-humprey bogart.-El halcón maltes.-cineyestrellas

«Toda el alma resumida – escribió Mallarmé.

Cuando lenta la consumo

Entre cada rueda de humo

En otra rueda abolida

 

El cigarro dice luego

Por poco que arda a conciencia:

La ceniza es decadencia

Del claro beso de fuego

 

Tal el coro de leyendas

Hasta tu labio aletea

Si has de empezar suelta en prendas

Lo vil por real que sea

 

Lo muy preciso tritura

Tu vaga literatura».

fumador.-Cezanne.-foto State Hermitage Museum.-St Petersburgo

 

A la salida del cine, en la calle, ya nos espera la ironía de Mark Twain:

«Dejar de fumar es muy fácil, yo lo he dejado ya como cien veces«.

(Imágenes:-1.-Happy Hour XV.-2007.- La Ba Quan.-Raquelle Azran-Vietnamese Contemporary Fine Art.-New York.-Tel Aviv.-artnet/5.-Cezanne.-Museo Hermitage/

VIEJO MADRID (7) : HACIA CERVANTES

Café Central.-2

Cuando uno bordea la madrileña Plaza de Santa Ana y llega hasta la cercana Plaza del Angel  allí encuentra el Café Central con el mejor jazz – según dicen – que ha habido siempre. cafe central.-Sam Rivers.

cafe central.-3,.Mohammad, Montoliú Van de Geyn

En esta Plaza del Angel recuerda Répide-estaba el oratorio y convento de San Felipe Neri y aquí quedaba una callejuela hoy desaparecida que se llamaba del Beso. Mis pasos van ahora por la calle de Huertas – llamada así por las que en gran número ocupaban estos arrabales de Madrid  hace varios siglos- y allí mi cámara se detiene en el número 7, ante esta farmacia sobre cuya cruz iluminada reza esta petición: «Aparta, Señor, de mí, lo que me aleje de Tí«.

Calle Huertas 7.-Aparta, Señor de mí, lo que me aleje de tí.-Farmacia.-diez agosto 2009

Pienso que por estas calles caminaron grandes hombres de las Letras y aquí, en julio de 1614, se podía ver a Cervantes, en una casa donde se había mudado hacía tres años. Seis veces cambió de vivienda Cervantes en Madrid: dos veces en la calle de la Magdalena; en otra ocasión en una casa cercana al palacio donde había vivido el Príncipe Negro; y en otra, en una vivienda cercana al Colegio Imperial de los Jesuitas. Al fín, iría a parar a la calle hoy de su nombre, en la casa que hace esquina con la calle del León. Allí me detengo ;calle de Cervantes.-A.-placa sobre Cervantes.-10-8-2009 ante este portal, sobre el que una placa recuerda al autor del «Quijote«, evoco su pobreza en las mudanzas: apenas un par de camas y tres o cuatro sillas, la mesa para escribir, dos docenas de libros, algunos utensilios de cocina y algo de ropa blanca, tanto de cama como de vestir. En noviembre de 1615, su obra cumbre está en la calle; medio año más tarde, la enfermedad que le atenaza acabará con su vida.

En el prólogo a su obra póstuma, «Los trabajos de Persiles y Sigismunda«, Cervantes nos cuenta cómo, en marzo de 1616 -agotado por el esfuerzo, enfermo de hidropesía, con problemas en el sistema circulatorio -, es decir,  encontrándose cada vez más maltrecho por tantos vaivenes de la vida, vuelve desde Esquivias, el pueblo de su mujer, a Madrid. En el camino se le acerca un apasionado admirador, (lo que hoy llamaríamos un «fan«). Montado en su burrilla, «un estudiante pardal  -lo describe Cervantes -, porque todo venía vestido de pardo, antiparras, zapato redondo y espada con contera, valona bruñida y con trenzas iguales» da voces a Cervantes y a los que con él van, para que le esperen y le permitan ir en su compañia. Alguien de la comitiva le explica al estudiante quién es el que viaja. «Apenas hubo oído el estudiante el nombre de Cervantes – sigue contando el gran escritor -, cuando, apeándose de su cabalgadura, cayéndose aquí el cojín y allí el portamanteo, que con toda esta autoridad caminaba, arremetió a mí, y acudiendo a asirme de la mano izquierda dijo:

Sí, sí; éste es el manco sano, el famoso todo, el escritor alegre, y finalmente el recocijo de las musas!».

A lo que el autor del « Quijote» contestaría:

Yo, señor, soy Cervantes, pero no el recocijo de las musas, ni ninguna de las demás baratijas que ha dicho. Vuesa merced vuelva a cobrar su burra, y suba, y caminemos en buena conversación lo poco que nos falta del camino«.

Cervantes.-por Juan de Jauregui.-biografías y vidas

En todo eso estoy pensando ante el portal de esta casa.  Voy caminando por el viejo Madrid, como lo estoy haciendo a través de Mi Siglo en otros paseos anteriores: La bohemia de Alejandro Sawa,  la Plaza de Oriente, la casa de los Lujanes, Plaza Mayor, pequeñas plazas históricas, y ahora este andar hacia Cervantes que al final de su vida nos despide:

«¡Adiós, gracias, adiós, donaires; adiós, recocijados amigos; que yo me voy muriendo, y deseando veros presto contentos en la otra vida!».

(Imágenes:-1.-Café Central.-foto JJP/ 2.-Sam Rivers.-cafecentralmadrid.com/3.-Mohammed, Montoliú & Van de Geyn.-cafecentralmadrid.com/ 4.-calle Huertas.-foto JJP/5.-casa de Cervantes en la calle de Cervantes.-foto JJP/ 6.-Miguel de Cervantes.-biografíasy vidas)

CÁNTICO A LAS NUBES

nubes.-BB«Oh libertad errante, soñadora,

desnuda de verdor, libre de venas,

arboleda del mar, fugaces nubes:

si en lluvia el desengaño te convierte,

la forma de mi copa podrá darte

una pequeña sensación de cielo.

 

Vuelve a la tierra, oh mar, vuelve a la vida,

a las cadenas de los largos ríos,

a las prisiones de los hondos lagos;

vuelve afilada a penetrar mil veces

angostos laberinto vegetales.

 

Oh libertad, tus puertas son heridas.

No las quieras abrir, sigue encerrada

en la sediente piel, o te sostenga

el inclinado cauce del torrente.

 

Todo sueño que es nube se deshace.

Vuelve a brillar el sol, pues la blancura

de esa ilusión de libertad celeste

es tan sólo una sombra hecha jirones.

 

No sueñe más el agua y tenga vida

en la savia o la sangre, tenga sólo

en mí su libertad, libre en mis lágrimas».

Manuel Altolaguirre: «Las nubes» («Poemas en América») «(El arroyo de los ángeles».-Málaga,1955)

Varias veces he hablado en Mi Siglo de las nubes. Los poetas las han cantado siempre. El poeta José Luis Cano tuvo en su cabeza durante años lo que luego iría publicando como «Antología de la nube«.

 

También Altolaguirre escribió en su poema «A la nube«:

«Ni un músculo se mueve

en tu fuga veloz, nube tranquila;

no eres ya como el cuerpo

líquido que saltaba

en la tierra, en tu vida;

no eres ola ni río,

eres un alma o ángel

que pese a su blancura

ha de ser condenado

a deshacer su túnica

en lluvia, nieve o llanto».

nubes.-abc.-por Neeta Madahar.-2005.-Howard Yezerski Gallery.-artnet

 

Y mucho tiempo antes Abu Abd-al -Malik había dicho de ellla:

«La nube es como un amante apasionado:

en el trueno está el ardor y el lamento;

los relámpagos son el fuego de su amor;

la lluvia, sus lágrimas flluyentes».

(Imágenes: 2.– Falling 2.-2005.-Neeta Madahar .- Howard Yezerski Gallery.-artnet)

EL BLOG ANTE EL ESPEJO

escribir.-2244.-por Lorraine Pritchard.-código de anotaciones.-Craig Scott Gallery.-photografpe.-artnetUno de los textos más certeros que yo conozco analizando el fenómeno de los blogs es el que copio esencialmente aquí, publicado por Juan Pedro Quiñonero en la Revista «Trama- Texturas«, número 1.-diciembre de 2006, páginas 133-134:

«La libre y gratuita publicación de blogs o cuadernos de bitácoras alimenta la ilusión de que cualquier cosa presuntamente «informativa», «literaria» o «artística» tiene un interés cierto, no siempre confirmado por una realidad víctima de la polución, la nadería y la insignificancia.

Sobre la metamorfosis en curso de los medios de comunicación e incomunicación de masas hay una bibliografía de oceánicas proporciones. Está por estudiar la importancia no menos creciente de los blogs y los «medios digitales» desde la óptica de su condición -¿que también es la suya? – de nuevos y eficaces instrumentos de la propagación del odio, la mentira, el descarrío y la intoxicación de las almas, conducidas al infierno de la nadería desalmada.

La proliferación de «diarios personales» (propagados, con frecuencia, por los más avispados comerciantes de ideas y de almas muertas) pretende fundar la existencia de «nuevas formas» de expresión literaria, ¡como si fuera suficiente la publicación para conferir algún valor a la nadería! La literatura tiene en nuestra civilización 2.500 o 3.000 años de historia. La arcilla cocida, el papiro, el papel, el cuaderno, el libro impreso, fueron meros instrumentos o herramientas de difusión de la obra. Lo esencial, para Aristóteles o para un moderno blogógrafo, son las palabras, las ideas, la retórica, el estilo del creador.(…) Sobre los nuevos medios, herramientas y cuadernos de trabajo literario hay mucho ruido y menos nueces. ¿Cómo dudar de la seducción que puede ejercer un blog entre los jóvenes escritores? ¿Cómo no recordar que la escritura exige una disciplina y rigor que no siempre es visible en el insondable océano de la blogosfera? ¿Cómo callar que lo que más abunda es la basura aventada por las mafias gremiales…?

(…) La ilusión del «todo es arte» y la proliferación de «hilos» blogográficos con infinitas opiniones, sobre todo lo divino y humano, quizá también nos hablan, para mi sensibilidad, de la tiranía contemporánea del mal gusto, la ignorancia y la nadería.

(…) La web es un maravilloso océano donde se difunden, circulan y agonizan noticias, ideas y nuevas creaciones. Pero el lector de blogs y cuadernos de bitácora es de una misteriosa volatilidad. La lectura de Shakespeare o Cervantes ha  atraído a millones de lectores, desde hace siglos. Pero la lectura requiere atención y constancia durante intervalos de tiempo relativamente prolongados. El lector de blogs navega, busca, encuentra y vuela, sin volver siempre a los lugares  virtuales donde es difícil detenerlo más allá de unos cortísimos segundos o minutos, acaso».

lectura-espejo.-A.-Rimma Gerlovina and Valeriy Gerlovin.-2001.-Lisa Sette Gallery.-Scottsdale,.USA.-photografie.-artnet

De este texto tan certero he destacado en negrita aquello que,  al menos para mí, es más relevante. Escritor, periodista y autor de un importante blog – Una temporada en el infierno -, el espejo que Quiñonero coloca al borde del camino por donde los blogs pasan recuerda a todos algo muy básico:  la atención por la lectura y el rigor de la escritura. La volatilidad  (aplicada al ojo o a la mano) está siempre reñida con el rigor y con la pausada atención. El ojo -no puede olvidarse –  debería encontrar su descanso en el valor de la belleza y la verdad y la mano sujetar la disciplina – difícil – del escribir. 

(Imágenes: 1.-code notations 4.-Lorraine Pritchard.-Craig Scott Gallery.-Toronto.-Canada.-artnet/ 2.- Translucent Book. 2001 -.Rimma Gerlovina and Valery Gerlovin.-2001.-Lissa Sette Gallery.- Scottsdale .-USA.-artnet)

AHORA QUE HEMOS VUELTO A LAS CIUDADES

ciudades.-783y.-por Hani Rashed.-2005.-Le Violon Bleu.-Sidi Bou Said.-Tunez.-Vorderer Orient.-artnet«En las ciudades

Hablan

                  Hablan

Pero nadie dice nada

 

La tierra desnuda aún rueda

Y hasta las piedras gritan

 

Soldados vestidos de nubes azules

                               El cielo envejece entre las manos

                               Y la canción en la trinchera

 

Los trenes se alejan sobre cuerdas paralelas

 

                                 Lloran en todas las estaciones

 

El primer muerto ha sido un poeta

Se vio escapar un pájaro de su herida»

Vicente Huidobro: «Halali»(1918)

(Imagen:- Urban Allergies 2005.–Hani Rashed.-.-Le violon Bleu Galleries .-Sidi Bou Said.-Tunez.-artnet)

EDAD Y SABIDURÍA

rostros.-33885.-por Marcel van Eeden.-2009.-Galerie Michael Zink.-artnet

«¿Se vuelve uno más sabio con la edad? ¿Y si la edad y una salud precaria no dan lugar a la serenidad de la madurez?». Estas preguntas se las hace el gran crítico literario Edward W. Said, nacido en Jerusalén en 1935 y muerto hace seis años. En su obra póstuma «Sobre el estilo tardío» (Debate), Said alude a tres edades del artista: una primera edad, que es la de un proyecto de creación o de descubrimiento de un mundo nuevo; un segundo momento, que significa la continuidad en la obra; y un momento tercero, que es en el que Said se detiene más: el último periodo de la vida o decadencia del cuerpo:»el deterioro de la salud – dice – u otros factores que, incluso en el caso de una persona joven, dejan entrever la posibilidad de un final prematuro«. El gran ensayista palestino analiza de forma más detallada este momento ya que es el que más le afectaba personalmente, aquejado como estaba de una grave enfermedad que le llevó a su final. Es esa edad tercera en la  que Said ve luces y  sombras ante lo que se ha dado en llamar el «estilo tardío«. Las últimas obras de Ibsen, por ejemplo, recuerda Said, no transmiten precisamente serenidad; dejan entrever la imagen de un artista furioso y trastornado, provocando más ansiedad, dejando al público más perplejo y descolocado de lo que estaba antes.

Giuseppe Verdi.-1.-wfc.no.-Generic Concerts

Sobre la enfermedad y el arte ya escribí en Mi Siglo:  Klee y Matisse, entre tantos otros. También sobre los cuadros últimos que muchas veces resumen una vida colmada. Pero aquí Edward Said evoca nombres variados: un «Edipo en Colono» de Sófocles, por ejemplo, en donde el retrato que se hace del héroe anciano es el de un hombre que ha conseguido una santidad extraordinaria; un «Otelo» o un «Falstaff» de Verdi, obras de sus últimos años, que no rezuman un espíritu de sabia resignación, sino » una energía renovada y casi juvenil, una apoteosis de fuerza y creatividad artística». Por su parte, Rembrandt, Bach, Wagner, coronan en sus obras tardías una vida entera de esfuerzo, y en cambio -comenta Said – en lo que se ha llamado «el tercer período de Beethoven (las cinco últimas sonatas para piano, la Novena Sinfonía, la «Missa solemnis«, los seis útimos cuartetos para cuerda, las diecisiete bagatelas para piano), se percibe el momento en que el artista, a pesar de ser dueño absoluto de su medio, abandona la comunicación con el orden social establecido y alcanza una relación contradictoria y alienada con él».

Thomas Mann.-1.-libraries.uc.edu

«El arte de Beethoven, y de las templadas regiones de la tradición – se lee en el «Doktor Faustus» de Thomas Mannse elevó, ante los ojos asustados de sus contemporáneos, a esferas que son del exclusivo dominio de la Personalidad, de un yo aislado dolorosamente, aislado incluso del mundo sensorial por la pérdida del oído, príncipe solitario de un reino espiritual, libre de extraños testigos, incluso los más benévolamente dispuestos, cuyos pavorosos mensajes sólo por excepción y en contados momentos eran comprendidos«.

Cuando se llega a esa edad tercera, que a veces coincide con la sabiduría primera, puede alcanzarse también lo que Said comentó de Brahms en otro libro suyo, «Elaboraciones musicales«: a esa edad – dijo – «siguen existiendo el placer y la intimidad y puede lograrse, como consiguió Brahms, «la música de su música«, la música íntima que perdura cuando se han hecho todas las concesiones a la política y la economía de cualquier arte mundano«. 

Picasso.-2.-auorretrato 30-6-1972.-elcalamo.cvom

A esa edad igualmente el rostro del artista se atreve a acercarse ante el espejo y el espejo le transmite en pintura lo que él no quiere ver de su rostro. El 30 de junio de 1972 Picasso pintó lo que podría considerarse su último autorretrato. El célebre ojo de Picasso permanece aquí fijo, taladrando el fin de una vida. No es una creación casual, y así lo ha reconocido Valeriano Bozal en un extraordinario ensayo, «Picasso clásico. La pintura del viejo» («El realismo«) (Fundación Mafre). Reonocemos la consistente bóveda craneana  de Picasso, sus ojos poderosos, su nariz, los labios y el mentón, y todo ello impresiona por su «deformidad». «El tiempo, como decrepitud física, se impone aquí en todos los ámbitos que a él pretendían escapar – dice Bozaly que durante tantos años parecían haber escapado (…) Revela ahora lo que guardaba en su interior: pudo expulsarlo todo menos la temporalidad que en él anidaba«.

Sabiduría y edad. Seguramente lo más difícil sea ajustar en cada momento la sabiduría a la edad y ,sobre todo, aprender bien pronto en qué consiste la sabiduría.

(Imágenes:.-1.-Marcel van Eeden.-2009.-Galerie Michael Zink.-artnet/.-Giuseppe Verdi.- wfc.no.-/ 3.-Thomas Mann.-libraires. uc.edu/ Picasso.-autorretrato del 30-6-72.- Fuji Television Gallery.-Tokio)

CASAS E INTIMIDADES

Juan Ramon Jimenez.-2.-adn.es«Si Antonio Machado era el hombre alejado y perdido en provincias, Juan Ramón Jiménez es el hombre alejado y perdido en un piso –escribió Rafael Alberti -. Su vida se desenvuelve en la monotonía de un bienestar burgués. Su tiempo se le ha pasado mirando las madreselvas, los malvas y  los verdes del crepúsculo. Su encierro voluntario, con salidas momentáneas al mar, es la consecuencia de la vida española tirante y agria en los finales de la monarquía. No quiere enfrentarse con ella, como Lope hizo. La rehuye y, al rehuirla, él y los que como él hicieron, nos escamotearon una interpretación de varios años de historia de España.– Punto de partida de mi generación son estos dos poetas».

Estas palabras singulares, publicadas por Alberti en «Revista Cubana» de la Habana – recuerda Ricardo Gullón – fueron comentadas por el propio Juan Ramón de esta forma: «Aquí Alberti es honrado. Dice las cosas como son. Me gusta esta clase de crítica. Odio al adulador impenitente y lo desprecio».

Ahora que se lleva tanto la espuma del cotilleo intranscendente y el rebuscar retales de intimidad en cualquier camerino célebre, he aquí que también los grandes tenían lógicamente sus pasillos internos, aquellas trastiendas que cualquier ser humano posee cuando elabora lentamente su creación,  talleres y pasillos cuya decoración muchas veces nos sorprenden.

los Machado con Margarita Xirgu en el estreno de La Duquesa de Benamei en el Teatro Españlol el 26 de marzo de 1932

Rafael Cansinos -Assens, frecuente cronista del vaivén de vidas literarias, describía en la revista «Ars«, en 1954, cómo vivían los hermanos Machado en Madrid hacia 1901.»Vivían los Machado en el segundo piso de un gran caserón viejo y destartalado, con un gran patio lóbrego, donde el sol se perdía y el frío del invierno se encontraba de pronto. Volvía a recuperarse el sol al entrar en la gran sala cuadrada, con balcón a la calle, tan anegada en claridades cristalinas que al principio deslumbraba y no dejaba ver. Voces juveniles y efusivas me acogieron. Ya estaban allí todos, es decir, Villaespesa, Antonio de Zayas y Ortíz de Pinedo, un joven poeta, aún todo en blanco, cual yo mismo. Uno de los Machado, creo que Antonio, en mangas de camisa, se estaba acabando de afeitar ante un trozo de espejo, sujeto en la pared, como los que se ven en las carbonerías. La habitación detartalada, sin muebles, salvo algunas sillas descabaladas, con el suelo de ladrillo, salpicado de colillas y las paredes desnudas, tenía todo el aspecto de un desván bohemio. Eran tan pocas las sillas, que algunos permanecían de pie. Allá dentro, tras una puerta lateral, sonaban voces femeninas. El sol, un verdadero sol de domingo, era el único adorno de aquella habitación que parecía una leonera de estudiantes. El sol y el buen humor juvenil».

(Hago un inciso personal aquí evocando, no sin emoción, que en aquella habitación de los Machado estaba – tal como relata Cansinos Assens – José Ortíz de Pinedo, mi abuelo materno, con el que yo conviví varios años, en la década de los cincuenta, en su casa de Madrid. Él me contaba directamente aquellos encuentros, aquellas tertulias y amistades que yo siempre recordaría)

Juan Ramon Jumenez.-2,.nobelprize.org

Pero la personalidad de los grandes y la dimensión de su obra, como es el caso de Juan Ramón, muestran también su envés desconocido, andanzas inesperadas por las calles de Madrid en excursiones sorprendentes para un hombre que -como quería definir Albertiestaba «perdido en un piso«. El 10 de mayo de 1936 Juan Ramón Jiménez publicó en «El Sol«, de Madrid, una evocación de sus trepidantes idas y venidas por la ciudad «arrastrado» de alguna forma por Villaespesa: «Cogidos de una idea súbita, locos sucesivos – escribe Juan Ramón -, andábamos y desandábamos las calles, las plazas, las iglesias, los paseos, las fábricas, los cementerios, recitando versos, cantando, hablando alto. Villaespesa insultaba a veces a uno que pasaba, creo que sin saber quién era, para admirarme, y luego me decía que era tal o cual escritor «imbécil»; tomábamos un coche, lo dejábamos; comíamos, bebíamos a cualquier hora, en cualquier sitio, cualquier cosa. Y así hasta las 4 o las 5 de la mañana, cuando el blando gris azul del cielo de oriente  sobre la Puerta del Sol, la calle de Alcalá, la Red de San Luis me arrullaba, me endulzaba el cuerpo y el alma y me llevaba a dormir. Pero a las 8 siguientes, como el primer día, Villaespesa estaba, con su sombrero de copa y su abrigo entallado, en mi casa, y otra vez el ciclón».

Sorprende ver a Juan Ramón así, tan agitado, él que se detenía contemplativo ante el oro del sol o ante la rosa. Pero la vida es así. Las anécdotas entretienen, sin duda, pero nunca serán más importantes que la obra lograda.

(Imágenes: 1 y 3.-Juan Ramón Jiménez/ 2.-Antonio Machado y Manuel Machado con la actriz Margarita Xirgu en el estreno de «La duquesa de Benamejí» en el Teatro Español el 26 de marzo de 1932.-Abelmartin.com)

MEDICINA DEL ALMA

libreria Campomanes en calle de Campomanes,.inerior.-2.-29 agosto 2009

«Medicina animi«.-Medicina del alma o Refugio curativo de almas. 

(Inscripción que ostentaba la entrada pincipal de una biblioteca, según relato del historiador griego Diodoro Sículo. Leyenda a la entrada de la biblioteca del rey Osimandia de Egipto)

Así me he quedado pensando cuando he atravesado esta libreria en la calle Campomanes de Madrid.

(29 agosto 2009.-foto JJP)

DE LA SOLEDAD Y LA MULTITUD

 grandes audiencias.-foto.-Andrew Henderson.-The New York Times

Ahora que venimos del paisaje de la soledad y entramos en el tráfago de la gran urbe quizá haya que evocar aquellas palabras que sobre la soledad y el retiro escribió Baudelaire:

«Quiero, para componer castamente mis églogas,

dormir junto al cielo, como los astrólogos,

y, vecino de los campanarios, escuchar soñando

sus himnos solemnes llevados por el viento.

Las dos manos en el mentón, desde lo alto de mi buhardilla,

veré el taller que canta y que charla;

las cañerías, los campanarios, esos mástiles de la ciudad,

y los grandes cielos que hacen soñar de eternidad».

 ciudades.- 227.- París 1927.-por André Kertész.-Wach Gallery.-photografie.-artnet

Pero de la gran urbe y de su multitud escribieron también muchos autores. Escribieron de cuantos hombres y mujeres, al entrar en la ciudad – al hacerse ciudad -, se hacen necesariamente multitud, son multitud.  Mucha literatura ha ido glosando esa irremediable transformación:

«Cuántas veces por las Calles desbordantes ‑escribió Wordsworth, el gran poeta inglés, en El preludio, bajo el títuloResidencia en Londres”‑

he seguido el curso de la Multitud, diciéndome

que el rostro de los que pasan

a mi lado es un misterio.

Así he mirado, no he cesado de mirar, oprimido

por pensamientos acerca de qué y adónde y cómo,

hasta que las siluetas ante mis ojos se tornaron

procesión de aparecidos, como deslizándose

sobre montañas inmóviles, o apariciones en los sueños;

y así el lastre de toda vida conocida,

el presente y el pasado, la esperanza, el miedo, me rodearon.

Todas las leyes que gobiernan nuestros actos, pensamientos y palabras,

huyeron de mí; no las conocía, ni me conocían».

ciudades.-3302.-por Franco Donaggio.-Joel Soroka Gallery.-Aspen.-USA.-phosgrapie artnet

 

Un célebre cuento de Edgar Allan Poe, precisamente titulado «El hombre de la multitud«, nos sumergió de pronto en ese tema de la fascinación que para muchos ejercen las muchedumbres. Ciudades de desértico silencio nocturno son recorridas durante el día por muchedumbres incesantes.

 ciudades.-8.-foto Margaret Bourke- White.-Imagery Our World

Éste es, sin embargo, nuestro paisaje moderno. Entre edificios como fondo inamovible pululan sombras y pensamientos, marchan zapatos, prisas y neumáticos, y también preocupaciones, que hacen y deshacen sus redes de superficie, ninguna igual a la anterior, ninguna calle con el mismo color que la víspera, cada estampa de ciudad distinta, cada esquina singular. “No a todos les es dado tomar un baño de multitud ‑añadía también Baudelaire‑; gozar de la muchedumbre es un arte; y sólo puede darse a expensas del género humano un atracón de vitalidad aquel a quien un hada insufló en la cuna el gusto del disfraz y la careta, el odio del domicilio y la pasión del viaje.

Multitud, soledad: términos iguales y convertibles para el poeta activo y fecundo. El que no sabe poblar su soledad, tampoco sabe estar solo en una muchedumbre atareada. (…)

El paseante solitario y pensativo saca una embriaguez singular de esta universal comunión. El que fácilmente se desposa con la muchedumbre, conoce placeres febriles, de que estarán eternamente privados el egoísta, cerrado como un cofre, y el perezoso, interno como un molusco. Adopta por suyas todas las profesiones, todas las alegrías y todas las miserias que las circunstancias le ofrecen», acababa Baudelaire.

A veces, cuando vemos cruzar a muchedumbres, son simples soledades que vienen y van de acera a acera.

(«El artículo literario y periodístico.-Paisajes y personajes«.-págs 118-121)

(Imágenes.- 1.-foto de Andrew Henderson.-The New York Times/2.-París, 1927.-foto por André Kertérsz.-Wach Gallery.- Aron Lake.-USA -artnet/3.- Urbis 42.- foto de Franco Donaggio.-Joel Soroka Gallery.- USA-artnet/ 4.-.-Margaret Bourke-White.-Images  Our World)

VIEJO MADRID (6) : EL TEATRO EN LA CALLE

Plaza de Santa Ana

Por la mañana, antes de que las funciones empiecen, los actores se sientan a jugar a las cartas al aire libre, en medio de la madrileña Plaza de Santa Ana, frente por frente al Teatro Español. No son actores, son espontáneos vecinos de estas calles que representan su papel de madrileños sin que nadie les dirija, sin que ningún director les indique que sobre la mesa deben golpear con suavidad o con ímpetu el as de oros o el caballo de copas. Lo hacen en silencio, con gestos, pupilas o señas que esconden ladinamente su cálculo mental. Saben jugar, como sabían hablar y criticar en la vieja tertulia de hace siglos aquellos que asistían al Corral del Príncipe, lo que hoy es Teatro Español.

En este sitio estuvo el Convento de Carmelitas Descalzas, titulado de Santa Ana y fundado por San Juan de la Cruz. Este Teatro Español, Monumento Nacional, que se inauguró en 1583 con una representación de Lope de Rueda,  lleva en su historia voces y giros y ademanes relatando las mejores comedias del Siglo de Oro. «¿Parécele a V. M. que le será de alivio oir la comedia, pues le han convidado a ella aquellos caballeros toledanos y tienen tan buen aposento en el Corral del Príncipe?», dice Salas Barbadillo en «El Cortesano Descortés«.

Pero mi cámara sigue reflejando a los que juegan. Luego, poco a poco, gira alrededor de este Teatro, se cuela por detrás, por la calle de Echegaray y me parece mentira que estos jugadores de cartas reaparezcan en el tiempo. «En los veladores, pintados de almagre – cuenta Emilio Carrere dibujando esta calle de Echegaray -, los cuatro clásicos del «mus», con gorrilla de seda ladeada, como Felipe, el martelo y tormento de «La Revoltosa«, se jugaban aquellos frascos de vino negro que costaban seis reales. El chico del mostrador, que se llamaba «el medidor», entrechocaba los vasos en el barreño de cinc y vertía las «cortinas» del copeo en un frasco grande. Un cartel de arbitraria ortografía atraía en el escaparate a los traspillados cesantes: «Se guisa de comer. Hay callos y caracoles«.

Lorca en la Plaza de Santa Ana

Cuando vuelvo a la Plaza de Santa Ana, García Lorca, entre sol y sombra, está lanzando ya palomas al aire. Son palomas de bronce, muy livianas, nacen de las manos del poeta y las mece el cielo de Madrid. Aquí pronunció Federico su «Charla sobre teatro«, en este Teatro Español, el 2 de febrero de 1935, con motivo de una representación extraordinaria de Yerma. Pero las palomas me distraen:

«Por las ramas del laurel

van dos palomas oscuras.

La luna era el sol,

la otra la luna.

«Vecinitas», les dije,

«¿dónde está mi sepultura?»

«En mi cola», dijo el sol.

«En mi garganta», dijo la luna.

(…)

Por las ramas del laurel

vi dos palomas desnudas.

La una era la otra

y las dos eran ninguna«.

 («Diván del Tamarit«)

(Imágenes: 1.-Teatro Español en la madrileña Plaza de Santa Ana/ 2.-estatua de Federico García Lorca en la Plaza de Santa Ana.- fotos: JJP)