“Reflejo del día cansado,
las ventanas han palidecido
y con un aleteo
ha llegado el crepúsculo.
Ya la calle se ha vuelto blanda y gris,
la valla está oscura como un arbusto;
pero todas las masas del cielo
sueñan un sueño verde turquesa,
y palidecen hasta convertirse en lejanías enlutadas,
rodeadas de nubes, al salir la piedra de la luna:
y las turbias farolas de gas
suavemente anuncian con su zumbido la tarde.”
Herman Broch – “Reflejo del día cansado” (1936) – En mitad de la vida”- (traducción de Montserrat Armas y Rafael- José Díaz)
(Imagen –Caspar David Friedrich– 1821)