DONES DE LA VEJEZ

 

 

«Deja que te revele los dones reservados a la vejez

para coronar el esfuerzo de toda una vida.

Primero, la gélida fricción del sentido que expira

sin encantamiento alguno, sin ofrecer promesas,

salvo el sabor amargo y desabrido de la fruta madurada en sombras

cuando cuerpo y alma comienzan a desgarrarse.

Segundo, la impotencia consciente de la rabia

ante la estupidez humana, y el dolor lacerante

de reírse de lo que ya no es divertido.

Y por último, el dolor desgarrador de revivir

todo lo que has hecho y sido; la vergüenza

de unas intenciones reveladas cuando era tarde, y la conciencia

de las cosas mal hechas y hechas en perjuicio de los demás

que en otro tiempo creíste actos de virtud».

T. S. Eliot

(Imagen – foto : Julia Margaret Cameron – Sir John Herschel – the metropolitan museum of art)

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