«Cuando baja el esplendor de la sala – dice Louis Jouvet – y las candilejas alumbran y entibian suavemente el telón, cuando los tres golpes que anuncian el comienzo de la pieza hacen cesar de pronto, apaciguándolas, las voces de los espectadores hasta el silencio, cuando todos los cuerpos parecen fundirse e igualarse en una masa humana monstruosa de la que no se ven más que los ojos y las orejas; cuando el telón se levanta lentamente, en el vacío que crea, los pensamientos, los sentimientos de los espectadores siguen su vuelo, huyen aspirados por su impulso. Un alejamiento de sí mismos los dilata de pronto interiormente…: es esa evasión de sí mismo que vive el espectador».
(en el día en que se celebra «la noche de los teatros»)
(Imágenes.- 1.-Felix Vallotton– 1909- colección particular/ 2.- Ione Citrin)