Vienen y van las aguas del Arlanzón entre las vidas de los árboles, al costado de Burgos, cuando las vidas pasean a media tarde entre estos árboles del río, vienen y van los árboles cabeceando al viento, viene y va el viento que no se sabe dónde nace, porque el Arlanzón nace en el Pico de San Millán, en la Sierra de la Demanda, y las vidas que pasean abajo y arriba al costado de Burgos van y vienen algunas con bastones de nudos apoyando recuerdos, otras en cambio corren fugaces y en trajes de colores delante de sus madres, vidas diminutas como hojas pequeñas de los árboles, vidas secas, vidas enhiestas, vidas encorvadas, río Arlanzón que corre mansamente, mansedumbre de aguas, mansedumbre de vidas, pasean las aguas al costado de árboles y las conversaciones y las confidencias y las nostalgias y los requiebros bajan como las aguas Burgos abajo, dejan la Catedral, la Plaza Mayor, sortean los afluentes de la existencia y apenas se oye ahora su caudal.
Me quedo oyendo el río, mirando a Burgos, pasan los años, pasan los árboles, pasan las aguas, viene y va en silencio el Arlanzón.
José Julio Perlado
(Imágenes. – el río Arlanzón a su paso por Burgos)


Qué belleza de paisaje y de texto que lo relata tan bien.
Esther,
Muy agradecido a tus palabras.