«El rabino Moisés, viejo judío de Harlem,
cuya riqueza astral a los propios reyes cautiva,
entre los mil prodigios de su palacio
posee, en un salón precioso, una nereida viva.
Muda y pálida como un rosal moribundo,
en el triste rincón de un sombrío jardín de hospital,
la infeliz nereida sus días va consumiendo,
escuchando aquello que le cuenta la caracola rosa.
Hechizada por la caracola, retorna en espíritu,
al armonioso jardín de las espumas natales,
donde ve tritones con algas coronadas
que persiguen ninfas, ornadas de corales.
Hechizada por la caracola, se adormece al claro de luna
escuchando el lánguido adagio de los alciones,
y con sus hermanas desciende al fondo del mar,
donde, entre plantas marinas, va
en busca de los tesoros de los náufragos.
Y así, atenta en escuchar lo que le dice la caracola únicamente,
en un sonoro eco que le encanta y arrebata enteramente,
en ese rico salón, la infeliz nereida nada escucha ni ve
de aquello que en torno a ella sucede…»
Eugénio de Castro-«La nereida de Harlem» (traducción de Eugenio D`Ors)
(Imágenes- 1.-diccionarioimagines.com/ 2.-Ken Bondy/ 3.-David Doubilet– National Geographic/ 4.-madame Yevonde– 1934/ 5.- Victoria Horkan/ 6.– Jeff Mullins.-reefwreckandcritter)





