«¡Lo fugaz que permanece en las ventanillas!
Caen de mis hombros como hojas los campos,
los cobertizos y los pueblos entre la maleza;
madres desaparecidas; el país entero,
una tumba repleta de padres; ahora los hijos han crecido
y alardean de la frente roja de los dioses,
desnudos y ebrios de sangre desatada.
Supura y envía voces mórbidas a la superficie:
¿Dónde lindamos con la dicha? Nosotros, bosquecito,
¡sin águilas, sin venados! Un miserable
florecer que se tiñe apagado en nuestros campos.
Grita el corazón: ¡Oh, cabello! ¡Tú, rubio-mujer!
¡Tú, nido! ¡Tú, mano que florecida consuelas!
¡Los anchos campos del abandono!
El rojo del serbal ya tiene sangre.
¡Oh, asísteme! Tanto tanto silencio en los jardines…
Pero lo fugaz que permanece en la ventanilla:
caen de mis hombros como hojas los campos,
padres, y pesares de las colinas y dichas de las colinas:
los hijos crecieron. Los hijos van
desnudos y bajo la aflicción de la sangre desatada:
la frente aurorea a lo lejos una dicha de abismo.»
Gottfried Benn.–«Tren rápido» (traducción de Arturo Parada)
(Imágenes.- 1.-Paulo Nozolino/ 2.-Franco Donaggio/ 3.-René Groebli- 1949/ 4.-Saul Leiter– 1948/ 5.- Gerd Baatz. 1944.-pinterest.com)