Desciendo por el Arco de Cuchilleros y me va contando Diego San José en sus «Estampas nuevas del Madrid viejo» que «dieron nombre a este arco y a la calle los menestrales de armas, que durante el siglo XVl se avecinaban por aquellos contornos, industria que por el entonces era muy saneada, pues que estaba la villa a oscuras y siendo hervidero de ladrones y capeadores a mano armada, era menester que cada vecino colgase del tahalí una recia tizona para andar con cierta seguridad por las calles.»
Bajo, pues, por los resbaladizos peldaños de esta escalera que parecen – sigue diciéndome el escritor madrileño – «como hollados por diversas plantas y están purificados literariamente por los personajes más representativos de la fauna galdosiana.» Efectivamente, por estas escaleras, han descendido hacia las «cavas« Fortunata, Nazarín, Estupiñá, y tantos más. Emilio Carrere – otro literato madrileño al que más de una vez he citado aquí – evoca la barandilla de hierro, en semicírculo, que asoma sobre las escalerillas de piedra, bajo el Arco de Cuchilleros. Es «El Púlpito», dice.»En este «Púlpito» nunca hubo predicadores (…) A principio del XX, junto al «Púlpito» había un tabernón siniestro y una escalerilla pina y angosta que conducía a un garito de calderilla (…) En la casa del «Púlpito«, los reyes barbudos de la baraja y las sotas falaces agrupaban a la gentualla buscona de fullería y de puñal. Era la flor del hampa en un escenario de lúgubres tintas.»
«Y esta rinconada de la Plaza Mayor – continúa Carrere – ya tenía entonces su leyenda maja y rufa. Se decía que en el tabernón de la planta baja se reunía la cuadrilla de Luis Candelas. Un tascón con cortinillas color de vino o de sangre, taburetes y mesas redondas para beber y una baraja abarquillada y mugrienta para jugar al «mus» tabernario, que por paradoja pintoresca llamaban «el mus ilustrado». Parecía, en efecto, una baraja del tiempo de Candelas, el bandido de Madrid, que con Teresa – la novia de Espronceda – y con «Fígaro· forman el trío más romántico del romanticismo.»
Secretos, ¿leyendas?, historias del viejo Madrid.
(Imágenes.- 1.- Arco de Cuchilleros.- 1930.- Diego González Rangel/ 2.- Arco de Cuchilleros.- 1950.- autor desconocido/ 3- Arco de Cuchilleros.- 1919.-skyscrapercit.com)
Siempre que paseo por esa parte de Madrid, lamentablemente menos de lo que quisiera, tengo la sensación de retrotraerme a tiempos pasados, en los que los peldaños de las escaleras anejas a la Plaza parecen representar un eco muy antiguo, pero todavía presente.
Saludos,
JdG
Javier,
todas estas escaleras y estos edificios – y el barrio entero – están cargados de Historia. Desde los incendios en la Plaza Mayor, las corridas de toros y los ajusticiamientos hasta los pasos de Galdós creando personajes, buscando rincones para sus personajes y levantando novelas que perduran.
Muy agradecido a tus palabras.
Cordiales saludos
Querido profesor, fui alumno suyo allá por el curso 1985 / 1986. Ahora le encuentro de casualidad, y veo que tiene usted varias citas de mi abuelo, Diego San José. Me deja sorprendido y apesadumbrado de no haber sabido entonces que usted le conocía. Aún así, reciba un afectuoso saludo.
Diego Antonio,
muchas gracias por tu comentario. Yo no conocí personalmente a tu abuelo Diego San José, pero sí lo conoció muy bien -y fue su amigo- mi abuelo José Ortiz de Pinedo. Conozco muy bien a tu abuelo por su obra literaria.
Encantado de volver a saber de ti después de tanto tiempo.
Saludos
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