«Cuando duerme la ropa es que va y viene
– despacio o rapidísimo – el silencio,
repitiendo la historia, interminable,
de aquello, lo lejano, o lo de afuera,
y también lo de adentro, lo que mira,
por donde llega el día o aquellas manos
de la noche encantada entre la seda.
Aquellos, los que vieron que la ropa
colgada – ya vacía – se confunde
con esos viejos trajes del silencio,
observaron que a veces casi duerme
en los roperos, y que su desvelo
le deja una invisible, aérea, arruga,
de paraguas perdido en la tormenta.
Cuando duerme la ropa, cuando duerme,
se le cae la desdicha de su sueño.
Los trajes cuando llegan a las perchas,
entre las horas callan, cautelosos,
escondidos del mundo, y en secreto,
oyendo aquellos ruidos
de cansados resortes en las camas;
o los pies sin zapatos que se mueven;
o los fósforos, rápidos, muriendo,
mientras la noche – sola – nos rodea
de pañuelos profundos, infinitos.
Y afuera están los astros que no cesan
de unir eternidades.
Y observando
cada cual – a su modo – nuestra esfera».
Otto de Sola–«Nocturno del ropero»
(Imágenes.-1.–Guenter Uecker.-abiti inchiodati .-Miami, fiera di Art Basel/ 2.-Fortunato Depero.-1945)