LO DICHO Y LO HECHO

gentes.-59h.-foto Tommy Ingberg

Leo en Leonardo Sciascia:  en su libro «Negro sobre negro«:

«Seré un moralista, y por consiguiente un qualunquista, pero me parece que los males concretos de nuestro país nacen todos ellos de una inveterada y continua doblez, de un vasto e inagotable juego de la doble verdad que partiendo de arriba sólo se detiene allí donde la verdad no puede permitirse el lujo de ser doble, y es una, inequívoca: la de la pobreza, la del dolor. Y es precisamente un juego que puede seguir desarrollándose y propagándose durante años, durante decenios, gracias al hecho de que detritos y venenos acaban abajo, sumando miseria a la miseria, sufrimiento al sufrimiento.

Al margen, pues, de esta verdad que está en el fondo, que hay que soportar y sofocar, no hay cosa o acción en nuestro país que no esté viciada de doblez. Es una doblez propiamente «constitucional», que brota del poder y se multiplica en perfecta circularidad, retornando al poder como linfa nueva, depurada, como hemos dicho, de aquellos detritos y venenos que acaban abajo.

(…) El político que en privado considera innoble una persona, un hecho y que una hora después, en el Parlamento, habla de la nobleza de aquella persona, de aquel hecho. El burgués que vive como burgués y profesa y proclama el odio a la burguesía. El profesor que honra en su corazón la imagen del carabinero montado a caballo y manifiesta su amor por la guardia roja. La derecha que sabe (y toma) lo que hace la izquierda. La izquierda que sabe ( y toma) lo que hace la derecha.

(…) Me parece que nunca ha habido una época como la actual en esto de dar más importancia a lo dicho que a lo hecho. Basta que uno de la retaguardia afirme ser de la vanguardia para que sea vanguardista; que un reaccionario diga que es partidario de la revolución para que sea un revolucionario; un canalla afirma ser defensor de la honestidad, y es honesto. Y si no se vuelve a pedir a las personas una declaración precisa de lo que son, de lo que hacen, de cómo viven; si no se vuelve a juzgar una acción por lo que es, sin pararse a considerar si fue hecha con la mano izquierda (que sabe lo que hace la derecha) o con la mano derecha (que sabe lo que hace la izquierda), temo que ninguna reforma o revolución consiga sacar a la proverbial araña del proverbial agujero».

gentes.-tgbnnn.-Tommy Ingleg

(Imágenes.-1 y 2. Tommy Ingberg)